domingo, 25 de octubre de 2009

EL QUEHACER FILOSOFICO EN EL PERU: CRITICAS Y PERSPECTIVAS

RIVERA / OBANDO / FLORES / POLO / SANCHEZ / PAZ Y MIÑO: EL QUEHACER FILOSOFICO EN EL PERU: CRITICAS Y PERSPECTIVAS. LIMA: EDICIONES ESPIGON / RPFA, 1996.

A todas las personas que no han olvidado, en estos tiempos de egoísmo militante y odioso, la calidad humana, la dignidad, el respeto, la solidaridad con el prójimo.

A Ma. Luisa Rivara de Tuesta y Juan Rivera Palomino, expresiones claras de lo nuevo que se busca y hace.


INDICE


PROLOGO

1. Metodología de la Enseñanza de la Filosofía. Por Juan Rivera Palomino.

2. Perspectivas del Materialismo Filosófico. Por Octavio Obando Morán.

3. Hacia una Filosofía de la Totalidad. Por Gustavo Flores Quelopana.

4. Nihilismo y Etica. Por Miguel Polo Santillán.

5. La Enseñanza de la Filosofía en la Educación Secundaria. Por Carlos M. Sánchez Paredes.

6. Manifiesto de la Filosofía Aplicada. Por A. Paz y Miño Conde.

* PUBLICACIONES DE FILOSOFIA DE SAN MARCOS

EXPLICANDO LOS OVNIS

Philip J. Klass: EXPLICANDO LOS OVNIS. Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada, (Serie infantil)/ Comité de Investigaciones de lo Paranormal, lo Seudocientifico y lo Irracional en el Perú, 2004, 40 pp. (Traducción del inglés por Benjamín Servet Paz y Miño de Bringing UFOs Down to Earth [Young Readers], Amherst, NY: Prometheus Books, 1997, 48 pp.).


¿Han visto tú o un amigo tuyo un objeto volador no identificado (OVNI)? Durante los pasados cincuenta años, miles de personas -incluyendo pilotos- reportaron haber visto objetos extraños en el cielo que parecen comportarse misteriosamente. De los miles de millones de estrellas en nuestra galaxia, algunas de ellas pueden tener planetas como nuestra propia tierra con criaturas inteligentes. ¿Son estos visitantes alienígenas bastante parecidos a nuestros propios astronautas que llegaron a la luna?

La idea que podríamos tener visitantes extraterrestres (E.T.) es muy emocionante, y a los programas televisivos, las revistas y los periódicos les gustaría que creas que los OVNIs realmente son naves espaciales extraterrestres. Pero, ¿conoces los hechos? ¿Han encontrado los científicos alguna evidencia fuerte para probar que los E.T.s realmente han aterrizado?

Únete a Philip J. Klass, «el Sherlock Holmes de los estudios OVNIS», en su búsqueda de la verdadera historia detrás de estos avistamientos. Él revelará muchas explicaciones diferentes para los extraños objetos en el cielo, y todas ellas son más interesantes que cualquiera que hayas aprendido de la TV. Después de leer este libro tú también sabrás qué buscar cuando trates de identificar el próximo «OVNI» que tú o un amigo tuyo vean.

Philip J. Klass ha pasado más de veinticinco años investigando los reportes de OVNIs. Fue senior editor de la revista Aviation Week & Space Technology.

Resumen de EXPLICANDO LOS OVNIS

Reseña de EXPLICANDO LOS OVNIS

¿Qué hay acerca de los dioses?

Chris Brockman: ¿Qué hay acerca de los dioses? (Ilustrado por Anna Cammisotto).  Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada (Serie Infantil) 2002, 31 pp.

Esta obra contiene los siguientes extractos:

Mucha gente dice que cree en un dios.
¿Sabes qué es un dios?
¿Sabes lo que significa creer en un dios?

La gente inventó a los dioses para explicar de dónde vino
el mundo. Pero cuando la gente dice que los dioses crearon
el mundo no explica nada. Sólo deja otra pregunta a ser
contestada: ¿quién creó a los dioses?

Nosotros ya no necesitamos a los dioses
para explicar cómo pasan las cosas.
Pesando, midiendo y probando cuidadosamente
hemos descubierto muchas de las causas reales de las cosas y estamos
descubriendo más todo el tiempo.
Llamamos ciencia a este pensamiento, medición y comprobación.

Afirmaciones. Exuberancia gozosa y creativa

Por Paul Kurtz. Lima: EFA, 2007
Índice

Prefacio
Uno: Las Afirmaciones del Humanismo
Dos: El Nuevo Escepticismo
Tres: Un Nuevo Paradigma
Cuatro: La Eupraxofía
Cinco: Los Valores Morales Comunes
Seis: Las Excelencias Éticas
Siete: La Gozosa Exuberancia: La Plenitud de la Vida
Ocho: Creando tus Propios Significados
Nueve: El Erotismo
Diez: Amar a otra Persona
Once: Un Buen Matrimonio o Unión Civil
Doce: Ser una Madre o un Padre Amoroso
Trece: La Causa Amada
Catorce: El Humanismo Planetario
Quince: Encarar la Muerte con Valentía
Por un Futuro Nuevo

EL FRUTO PROHIBIDO: la ética del humanismo

Paul Kurtz: EL FRUTO PROHIBIDO: la ética del humanismo. Lima: EDICIONES DE FILOSOFIA APLICADA, 2001, pp. 243.

¿Es posible vivir una buena vida y ser moralmente responsable sin creer en la religión? En El fruto prohibido, la ética del humanismo, Paul Kurtz, el principal filósofo humanista secular de los E.U.A., afirma que sí: está firmemente convencido que podemos trascender los límites de las lealtades domésticas y llegar a un nivel superior de ética aunque los teístas y fundamentalistas nieguen esta posibilidad y rechacen el secularismo.
La historia ha mostrado que la creencia en Dios no es garantía de virtud moral y que es falso asumir que los únicos «santos» son aquellos que están aferrados a las iglesias y templos, y los únicos «pecadores» son aquellos que viven fuera de ellos. Kurtz sostiene que rompiendo los lazos de la ilusión teísta podemos convocar la valentía y la sabiduría para desarrollar una ética racional basada en una valoración de la naturaleza y una conciencia de la centralidad de las decencias morales comunes a todos los pueblos. Para avanzar a un nivel superior de desarrollo creativo, este filósofo sostiene que debemos nutrirnos del «fruto prohibido» del árbol del conocimiento del bien y el mal, comprometernos en la investigación ética y fundamentar los principios y valores en la razón autónoma; éste es el camino para descubrir verdades éticas significativas que puedan guiar tanto la conducta autosuficiente como la consideración por los derechos de los demás.
Kurtz esboza las decencias morales comunes, las excelencias, y las responsabilidades que pueden ayudarnos a superar la moralidad teísta tradicional y lograr una auténtica ética humanista. Afirma que para lograr una vida significativa, cada individuo debe desarrollar aprecio por su propia creatividad y el valor y la dignidad de todas las demás personas como parte de la comunidad mundial. La clave final para la buena vida, afirma este autor norteamericano, es comer del fruto del segundo árbol del Jardín del Edén: el de la vida, y descubrir por nosotros mismos las múltiples potencialidades de una vida abundante.
El fruto prohibido tiene capítulos importantes sobre privacidad y derechos humanos, y presenta recomendaciones éticas concretas como alternativas a las ortodoxias reinantes.

INDICE

Reconocimiento i

Introducción: VIVIENDO FUERA DEL EDÉN p. 1
El conocimiento del bien y el mal p. 1; Etica sin Dios p. 3; Jesús, Moisés y Mahoma contra Sócrates p. 7.

PARTE I

1 EL FRACASO DE LA MORALIDAD TEÍSTA p. 15
La ética trascendental p. 15; Platonismo p. 15; La moralidad teísta p. 18; Moralidad absoluta contra ética situacional p. 23; Dios y la obligación p. 27.

2 INVESTIGACIÓN ÉTICA p. 32
Dos clases de moralidad p. 32; Dilemas éticos p. 36; ¿Qué constituye un dilema ético? p. 37; Los comienzos de la investigación ética p. 42.

PARTE II

3 LAS DECENCIAS MORALES COMUNES p. 49
Los principios morales y éticos p. 49; Relativismo objetivo p. 51; La justificación de los principios éticos p. 58; Catálogo de las decencias morales comunes p. 66; I. Integridad p. 68 (Verdad/ Cumplir las promesas/Sinceridad/Honestidad); II. Confiabilidad p. 71 (Fidelidad/Seriedad); III. Benevolencia p. 72 (Buena voluntad/Ausencia de malicia aplicada a las personas/Ausencia de malicia aplicada a la propiedad privada y pública/Consentimiento sexual/Beneficencia); IV. Justicia p. 78 (Gratitud/Responsabilidad/Justicia/Tolerancia/Cooperación).

4 EXCELSIOR: LA ÉTICA DE LA EXCELENCIA p. 84
¿Qué es el valor? p. 84; Patrones de excelencia p. 90; La excelencia ética p. 93
Excelsior p. 98; I. La excelencia principalmente en consideración a uno p. 98 (Autonomía/Inteligencia/Autodisciplina/El amor propio/Creatividad/Motivación/Afirmación/Salud/Joie de vivre/Apreciación estética); II. La excelencia relacionada con otros p. 113 (Integridad/Confiabilidad/Benevolencia/Justicia).

5 RESPONSABILIDADES p. 117
Las responsabilidades para con uno mismo p. 117; Responsabilidades para con los demás p. 120 (Responsabilidades paternales/Obligaciones filiales/Obligaciones maritales/La familia extensa/Los amigos/Las interacciones de grupos pequeños); Más allá de la etnicidad p. 133; La comunidad mundial p. 134; ¿Por qué debo ser moral? p. 137.

6 EDUCACIÓN PARA EL CARÁCTER Y EL CONOCIMIENTO p. 146
Educación ética para los niños p. 146; Educación del carácter p. 149; Nivel 1: El modelo de obediencia autoritaria p. 151; Nivel 2: La empatía internalizada y el autocontrol p. 153; Nivel 3: Conocimiento ético p. 156; ¿Qué se debe enseñar? p. 158; La necesidad de investigación ética crítica p. 161.

PARTE III

7 DERECHOS HUMANOS p. 169
¿Qué son los derechos humanos? p. 169; ¿Existen derechos universales básicos? p. 173; I. Derecho a la vida p. 175 (La seguridad y la protección de nuestra persona (liberación del temor)/Defensa de la agresión externa/Libertad de las condiciones de peligro por parte del Estado); II. Derecho a la libertad personal p. 176 (Libertad de tránsito y residencia/Libertad de servidumbre involuntaria o esclavitud/Libertad de pensamiento y conciencia/Libertad de discurso y expresión/Libertad moral/Privacidad); III. El derecho al cuidado de la salud p. 178 (Tratamiento médico adecuado/Consentimiento informado/Eutanasia voluntaria); IV. Libertad de deseos p. 178 (Las necesidades económicas/El derecho al trabajo/Cuidados para los ancianos/El derecho al tiempo libre y el descanso); V. Derechos económicos p. 180 (Derecho a la propiedad/Propiedad pública/Derecho a organizarse/Protección del fraude); VI. Libertad intelectual y cultural p. 180 (Investigación libre/Derecho a aprender/Derecho al enriquecimiento cultural); VII. Igualdad moral p. 181; VIII. Protección equitativa de la ley p. 181 (Derecho a un juicio justo/Derecho a protección judicial/Derecho a tratamiento humano/El Gobierno de la ley); IX. El derecho a la participación democrática en el gobierno p. 182 (El derecho al voto/Derecho legal de oposición/Libertades civiles/El derecho de reunión y asociación/Separación de la Iglesia y el Estado); X. Derechos del matrimonio, la familia y los hijos p. 183 (Derecho al matrimonio/El derecho al divorcio/Derecho a criar a los hijos/Derechos de maternidad y paternidad/Derechos paternales/Derechos del niño); Derechos de los animales p. 184; Derechos de los ciudadanos de la comunidad mundial p. 186.

8 PRIVACIDAD p. 189
Lo público versus lo privado p. 189; La zona respetada de la privacidad p. 191; Los derechos privados delineados p. 193; I. El dominio interior de la conciencia; II. Confidenciabilidad p. 193; III. El control sobre el propio cuerpo p. 194; IV. Preferencia sexual p. 196 (La masturbación/Relaciones sexuales consensuales/El adulterio/Sodomía/Homosexualidad/Prostitución/Pornografía);
V. Libertad reproductiva p. 204 (Control de la natalidad/Aborto/Inseminación artificial); VI. Cuidado de la salud p. 207 (Consentimiento informado/Internamiento involuntario); VII. Derecho a morir p. 210 (Eutanasia voluntaria/Suicidio); VIII. Asociaciones voluntarias p. 218; IX. La propiedad personal p. 218.

PARTE IV

9 EL ÁRBOL DE LA VIDA p. 223
El significado de la vida p. 223; Viviendo en un universo sin Dios p. 227; Creando nuestros propios significados p. 230; El sentido trágico p. 231 (El argumento del valle de las lágrimas/Los seres humanos son impotentes/El mito de Sísifo/El dilema de Schopenhauer/La impermanencia de las cosas/El final de la muerte); Las alegrías abundantes p. 234 (La plenitud de la vida/El poder humano/La satisfacción del esfuerzo/Expectativa y realización/Novedad/El árbol de la vida); ¡La vida es valiosa de vivir! p. 237; Posdata sobre el barbarismo: el lado oscuro de la luna p. 238; Resumen p. 242.

Ética para ateos

Finngeir Hiorth: Ética para ateos. Lima: AERPFA (Serie Eupraxofía), 1998.

RESUMEN
En este tercer libro en lengua castellana el autor nos presenta un estudio de la moral religiosa (judía, cristiana, islámica, hindú, etc.) y la ética filosófica a través del tiempo (antigüedad, medioevo, modernidad, actualidad). Y claro desde su declarada óptica no creyente enfatiza que es posible ser moral sin ninguna necesidad de creer en un dios.
De esa manera puede entender cualquier código moral supuestamente revelado por una entidad superior como simplemente un producto cultural: Conforman la moralidad de sentido común de los pueblos. A su vez hace un recuento de las principales teorías filosóficas sobre la ética (aristotelismo, platonismo, epicurismo, racionalismo, empirismo, kantismo, utilitarismo, positivismo lógico, ética de las virtudes, humanismo secular, etc.) que han tratado de fundamentar una conducta moral buena para así lograr una buena vida (sea en el término medio, la virtud, el placer, los sentidos, la razón, el imperativo categórico, la norma, la decencia moral común, etc.).

Ethos: ¡VIVAMOS MEJOR! Una introducción a los problemas de la vida

Manuel Abraham Paz y Miño: Ethos: ¡VIVAMOS MEJOR! Una introducción a los problemas de la vida. Lima: Ediciones RPFA, Serie Eupraxofía, 1999, 156 pp.
INDICE

PRESENTACION 1 NOTAS 3

LA VIDA HUMANA: ¿CUAL ES SU PROPOSITO? 4 El (sin)sentido de la existencia del hombre 5 NOTAS 11

LA FELICIDAD: ¿COMO GOZAR LA VIDA? 12 ¿Cómo lograr una buena vida? 15 El factor económico y ocupacional 17 El factor educativo e ideológico 23 El factor familiar 25 El factor social 27 El factor salud 28 El factor lúdico 30 NOTAS 32

SABIDURIA Y (AUTO)EDUCACION PARA LA VIDA: ¿COMO MEJORAR Y SUPERARNOS? 33 Excelencia, mediocridad y bajeza 34 Adquiriendo sabiduría para la vida 38 Nunca es tarde para aprender o hacer algo nuevo 39 «No soy muy inteligente, soy un bruto, a mí no me enseñaron» 40 La lectura 41 Cómo ser mejores 42 ¿Qué mejorar? 44 Mejorando nuestra imagen personal 45 Mejorando nuestro lenguaje 46 Mejorando nuestras relaciones sociales 49 Superando la mentira y el (auto)engaño 51 Superando la soberbia, la vanidad y el egoísmo 54 ¿Virtuosos o viciosos? 56 Superando la avaricia, la tacañería y la codicia 58 Superando la lujuria y la glotonería 59 Superando el aburrimiento y la ociosidad 60 Superando el pesimismo 62 Superando la tontería y la estupidez 63 ¿Buenos o tontos?, ¿dadivosos o interesados? 64 Superando complejos y prejuicios 67 Superando fobias y manías 73 Superando la debilidad y la cobardía 74 Superando la timidez 76 Superando la impaciencia y la impuntualidad 78 Superando la vulgaridad y la malcriadez 79 Pasión contra razón: ¿homo pasionalis u homo sapiens? 81 Cómo controlar nuestras pasiones 83 Superando vicios y adicciones: De drogadictos, borrachos, fumadores, jugadores, teleadictos y otros 87 Fracaso versus éxito en la vida 92 Dolor, sufrimiento y frustración 94 NOTAS 95

LA SOCIEDAD: ¿COMO VIVIR EN PAZ CON LOS DEMAS? 97 Amigos verdaderos vs. «amigos» circunstanciales 98 Discriminación 100 La política del «buen vecino» 100 Prudentes vs. atrevidos, generosos vs. mezquinos 101 Introvertidos vs. extrovertidos 102 Feos y hermosos 103 Cómo evitar ser chismoso, envidioso e hipócrita 103 Cómo evitar ser malvado, iracundo y amargado 106 Venganza versus perdón 110 Cínicos e indiferentes 112 Conformismo vs. participación política 112 La guerra y la paz 117

LA FAMILIA: ¿COMO VIVIR MEJOR EN CASA? 120 Cómo ser mejores padres y madres 121 Cómo ser mejores hijos 126 Cómo ser mejores hermanos 128 Cómo ser mejores yernos, nueras, cuñados, suegros, tíos y sobrinos 128 NOTAS 129

JUVENTUD VERSUS VEJEZ: ¿COMO AFRONTAR EL PASO DE LOS AÑOS? 130 Vejez activa o positiva vs. vejez pasiva o negativa 131

LA MUERTE: ¿COMO AFRONTAR EL EL FIN? 133 ¿Todo acaba con la muerte? 135 Fantasmas, espíritus, almas o entes incorpóreos 135 El Suicidio 136 Apología y crítica del suicidio (A favor y en contra de la Autoeliminación) 137 La Eutanasia 140 NOTAS 142

CONCLUSIONES 144

BREVE BIBLIOGRAFIA RELACIONADA 145

COMO DISFRUTAR MEJOR EL SEXO, EL AMOR Y EL MATRIMONIO

Manuel A. Paz y Miño: COMO DISFRUTAR MEJOR EL SEXO, EL AMOR Y EL MATRIMONIO. Lima: EDICIONES DE FILOSOFIA APLICADA, Serie Eupraxofía, 1998.
CONTENIDO

INTRODUCCION 1

El SEXO 7

El deseo, la atracción física y el enamoramiento 9 Las relaciones sexuales 16 Etica sexual 27 La masturbación 29 La prostitución: ¿un negocio necesario? 31 El homosexualismo 41 ¿Machismo contra feminismo? 49 Los métodos de planificación familiar (los anticonceptivos) 53 El aborto 55 Conclusiones 60 Notas 61

EL AMOR 63

¿Qué es el amor? 65 Pseudoamores: 71 Ilusión, seducción, posesión, dominio y sumisión Las relaciones románticas 79 Etica en el amor 82 El amor no correspondido 84 ¿Es para siempre el amor? 88 ¿Sólo se ama una vez? 93 Los celos 96 Traición y engaño 99 Cuando el amor acaba: la separación 106 Conclusiones 111 Notas 113

EL MATRIMONIO 115

Matrimonio, convivencia y conveniencia 117 Cómo ser mejores esposos y esposas 132 Etica matrimonial 145 La infidelidad en el matrimonio: El adulterio 147 El divorcio 150 Soltería y viudez 164 Una segunda oportunidad 169 Conclusiones 171 Notas 172

INTRODUCCIÓN

No podría decir que las mujeres son mejores que los hombres,

pero sin duda puedo afirmar que no son peores.

G. Meier

Amor, sexo y matrimonio son los tres elementos de la tríada que -conjunta o separadamente- muchos individuos y parejas ansían en diversas épocas de sus vidas.

Se puede desear a alguien, tocarlo y ser tocado, ayuntársele sexual o genitalmente, disfrutar y sentir mero placer corporal. Se puede querer también ser escuchado(a), apreciado(a), respetado(a), cuidado (a), amado(a) y amar. Y se puede anhelar compartir las experiencias cotidianas, los sueños, las ambiciones, los ideales, las posesiones, los cuerpos y las mentes, la vida entera con él o ella.

No pocos prefieren mantenerse vírgenes y castos hasta el matrimonio, otros tantos optan o no por disfrutar de sus cuerpos a muy temprana edad -con amor o sin él-, otros más desean experimentar con aditamentos y en toda clase de circunstancias el erotismo "cuidándose" escrupulosamente o no.

Por otro lado, hay toda clase de relaciones: largas, duraderas o efímeras, superficiales, basadas en la mera atracción física animal, la dependencia psicológica, en la admiración moral, el provecho económico o material, la fama, el prestigio, los intereses y los gustos comunes, los bienes y los hijos... O simplemente todos estos elementos, la costumbres y las presiones sociales son una barrera para buscar nuevas experiencias, nuevos amores, amantes, u «objetos sexuales».

Muchos sueñan con "tener sexo" puro y llano, satisfacerlo simplemente, sin complicaciones ni compromisos emocionales, otros más con tener algo más elaborado, el sentimiento y el ideal del amor. Y claro muchos de los que se casan además de querer una conviencia bajo contrato o un compromiso hasta de por vida también anhelan mucho cariño, amor, o placer sexual, o todo a la vez. Muchísimos tienen relaciones sexuales gratas o no, muchos más también se casan -o se separan- otros pueden decir que aman y son amados -y para unos ya no existe el amor-. Así también se puede tener sexo sin amor, amor sin sexo, matrimonio sin sexo o sin amor. Y claro que también al mismo tiempo los tres componentes de la tríada.

Algunos más equivocadamente caen enredados en relaciones dañinas y hasta destructivas pensando haber encontrado «el amor verdadero» -ya que es «sufrido»- o son esclavos de un intenso y mero placer genital pudiendo así llegar en tales condiciones no tan favorables a convivir, casarse y/o tener hijos. Tal placer, dicho sea de paso, obtenido con la pareja ideal o adecuada y con mutuo amor, es intensamente más satisfactorio en un sentido integral, esto es, va más allá de lo meramente fisiológico y pasajero, pudiendo traer satisfación y contentamiento personales.

Por amor, sexo o matrimonio muchísimos han entregado no sólo su cuerpo sino también el alma, parte o todo lo que tienen e incluso se han suicidado (por desengaños o frustraciones) han matado (crímenes pasionales por celos, despecho o venganza). Otros más a cambio de algo -o bastante- sea psicológico (compañía, cariño) o material (hogar, dinero) han entregado su cuerpo, sus sentimientos, su sexualidad, toda su existencia o parte de ella, e incluso hay quienes fingen emociones o creen tenerlas (amor).

La sexualidad del ser humano no está determinado instintivamente como la de cualquier otro animal que si lo está, a cierta conducta reproductiva durante algunos momentos específicos del año (períodos de celo). Su accionar en el mundo está muy influenciado por sus creencias, por su ideología sea predominantemente mítico-religiosa, racional-filosófica o sofisticadamente probatorio-científica. Ha endiosado y rendido culto al sexo como también lo ha subestimado, descuidado y hasta atacado. Algo parecido ha hecho con relación al amor y el matrimonio. Esas creencias -así como las simples circunstancias casuales y burdas- pudieron hacerle inventar altos ideales y así buscar amores «trascendentes» superiores a los «bajos», ideales o burdos, duraderos o breves, instintivos, basados sólo en el deseo animal (cada quien tiene sus necesidades, cada quien tiene su propia imagen de amar y ser amado). Así también pudo burlarse de la naturaleza por medio de los anticonceptivos.

Y para preservar la unión con su pareja -y la descendencia por venir-, para mantener la persona -o el "objeto"- que saciará supuestamente su deseo de satisfacción sexual, psicológica, religiosa y económica creó la institución del matrimonio monogámico vitalicio (que en nuestra civilización sigue el modelo judeo-cristiano). Pero claro es sólo un modelo ideal al que no todos aciertan en seguir.

Al ir tras cualquiera de los elementos de la tríada -sexo, amor o matrimonio- los seres hummannos van hacia cierto rumbo, a veces con todas sus energías -mejorando o perjudicando sus actividades- más en ciertas épocas de la vida que en otras.

Este librito no pretende dar recetas acabadas pues la conducta humana es compleja y por ello no todos tenemos las mismas personalidades, los mismos valores, gustos, experiencias y costumbres. Tampoco se propone resumir todo lo fundamental que podamos encontrar en un manual especializado de educación, psicología, psiquiatría, sexología o ética. Simplemente intenta dar alguna guía general al lector que quiera saber más sobre sus sentimientos e ideas sobre las relaciones de pareja. Hay demasiados mitos, prejuicios y sufrimientos innecesarios en este mundo en relación al sexo, el amor y el matrimonio que hacen que una obra más sobre estos temas no sea inútil.

En esta edición se ha tomando en cuenta las importantísimas críticas hechas por el Dr. Marco Aurelio Denegri, experto conocedor del idioma castellano y de sexología, por lo que se le agradece especialmente.

El Autor

REFLEXIONES EN TORNO A LA VlDA DPAREJA:

Cómo disfrutar mejor el sexo, el amor y el matrimonio por Manuel A Paz y Miño (Lima: AERPFA, 1998, 172 pp.)(1)

por Víctor Montero Cam, 

Bachiller, Licenciado y Magister en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Correos-e: vmontero@pucp.edu.pe / victormonterocam@gmail.com.

(Leído en la presentación pública del libro en la sesión de septiembre del Seminario Anual de l999 de la Asociación Peruana de Bioética).




Esta breve guía de «orientación afectiva» sobre los muy humanos conceptos el sexo, amor y matrimonio del Lic. Paz y Miño nos ofrece interesantes reflexiones en tomo a la delicada cuestión de la vida íntima de pareja. Según nuestro autor, él decidió tratar estos tres conceptos, porque son ellos «los tres elementos de la triada que muchos individuos y parejas ansían en diversas épocas de sus vidas» (p. 1) Así, pues, con estas palabras comienza la introducción de este breve libro de bolsillo, escrito en un lenguaje ágil, ameno, pero, a intervalos, crudamente realista del autor. en cuyo estilo se perciben marcadas influencias de Erich Fromm, Woody Allen y la Biblia.

El análisis de una obra cualquiera puede hacerse desde el exterior o lo más visible a lo interior o lo menos visible desentrañando paulatinamente la carga significativa del contenido de la obra. Comenzaré así por !o más visible de la obra de nuestro autor: la carátula y la contracarátula. En la carátula [Véase la imagen adjunta] se observan los símbolos de Marte y Venus que representan los géneros masculino y femenino con cuatro combinaciones posibles. Apreciamos, así, en la parte superior izquierda del libro, a un varón y a una mujer pero esta vez unidos, que mantienen relaciones sexuales o que se aman. En la parte inferior izquierda se observa una relación homosexual femenina (lesbianismo) y, en la parte inferior derecha, una relación homosexual masculina (una relación aún más frecuente, conocida o socialmente aceptada que la anterior).

En la contracarátula, en un ejercicio lúdico expresivamente notable, nuestro autor ha reflejado hasta cinco modalidades en las que se puede manifestar lo que se conoce generalmente como relaciones de infidelidad en la pareja de enamorados. novios o casados. De las cinco modalidades, cuatro son formas de «triángulo amoroso» y la quinta es un «cuadrado amoroso». De ese modo no seria raro -y desarrollemos las combinaciones a modo de ilustración- encontrar a un varón bisexual (esto es, un varón casado o no que también mantiene relaciones homosexuales). El segundo caso es el de una mujer que mantiene relaciones sexuales con dos varones al mismo tiempo;  el tercero, el de una mujer bisexual (una mujer casada o no que mantiene relaciones lésbicas). Como cuarta posibilidad vemos a un hombre que comparte relaciones con dos mujeres. La quinta combinación sugerida por Paz y Miño es aquella en que un miembro de la pareja (en el dibujo de nuestro autor la mujer) tiene relaciones con un amante quien,  a su vez, tiene relaciones con otra mujer.

Si me he detenido, tal vez con cierto morboso realismo, en el examen de cada una de las múltiples combinaciones posibles en las relaciones de pareja (enamorados, novios y esposos) y de las relaciones humanas que conllevan la infidelidad de uno o ambos miembros de la pareja ha sido simplemente para reflejar, desde un inicio, la complejidad del problema que nos toca discutir en esta oportunidad, ya que hablamos de seres humanos, es decir, de universos personales con valores, ideales, creencias, opiniones, pensamientos y sentimientos distintos y no meramente de objetos sin capacidad de respuesta. Por eso, cuando se quiere tratar un problema en el que hay seres humanos involucrados, las cosas no resultan sencillas y esto hay que tenerlo en cuenta desde un inicio para examinar estos temas con el rigor que exigen. Muchas veces se suele pensar, equivocadamente, que es preferible no reflexionar demasiado sobre temas como el sexo, el amor o el matrimonio; que un análisis racional del amor podría marchitar un sentimiento tan natural y espontáneo como éste; que del sexo mejor no hablar porque es un tema prohibido, un tabú; que el matrimonio es sólo para gente que no ama su libertad personal.

En fin, podría seguir enumerando objeciones de índole diversa que rechazan de plano cualquier discusión o esclarecimiento en tomo a los problemas y conflictos de la vida de pareja. Muy por el contrario, considero que estos problemas sólo pueden solucionarse mediante un examen riguroso y detenido de las causas que los originan y de las consecuencias a que conducen. Si desde un inicio queremos evitar la discusión en tomo al sexo, el amor y el matrimonio, lo único que estamos haciendo es no querer aceptar elementos esenciales en la vida afectiva de todo ser humano en tanto sujeto corporal, fuente de deseos y necesidades fisiológicamente documentables. Luego de esta presentación material y exterior del libro, pasemos a un segundo nivel de exploración, la estructura lógica y el contenido temático del mismo. La obra consta de tres partes. La primera está dedicada al problema de las relaciones sexuales, la segunda aborda el problema del amor entre hombre y mujer y la tercera y última parte. desarrolla brevemente los problemas de la vida conyugal.

Algunos temas importantes que se tratan en la primera. parte son el deseo y las relaciones sexuales, la masturbación, la prostitución, el homosexualismo, el machismo y feminismo, el aborto, etc. Dada la multiplicidad y diversidad de los temas.me limitaré a señalar algunas ideas que me parecen dignas de mayor reflexión. Quiero traer a colación una idea que me parece especialmente interesante; es aquella referida al hecho de que se puede tener sexo sin amor, amor sin sexo, matrimonio sin sexo o sin amor (p. 3) y también un armonioso y completo cuadro en el que estén presentes estos tres elementos. Haré uso de mis propios ejemplos para ilustrar cada uno de estos casos generales que presenta nuestro autor. El primero: el sexo sin amor se puede dar cuando alguien tiene contacto carnal (sea un varón o una mujer) con un prostituto o prostituta por dinero, satisfaciendo así una necesidad sexual. El segundo:   amor sin sexo se puede producir cuando dos almas se comunican sentimientos íntimos, por ejemplo, a través de cartas, pero no pueden verse físicamente y, por lo tanto, no pueden tener relaciones sexuales. El tercer caso: el matrimonio sin sexo se puede dar cuando ambos cónyuges han tenido una riña por razones económicas y como resultado de ésta han decidido no hablarse, no tocarse y, por ende, ya no tener relaciones sexuales. El cuarto: el matrimonio sin amor se podría dar cuando los esposos han convivido durante muchos años, tienen hijos, pero sus diferencias de carácter, gustos e intereses son tan pronunciadas que el quehacer de uno obstaculiza el del otro.

Vemos así que son las relaciones humanas de pareja el tema central de la obra y, ya que la unión considerada más estable entre dos seres humanos de Occidente es la del matrimonio, nos limitaremos a ponderar en seguida, con cierta minuciosidad, las opiniones del autor sobre este importante tema. Una tesis central del libro es demostrar la «idealidad» de la institución del matrimonio monogámico de por vida, cuya fuente de inspiración está -dice nuestro autor- en la civilización occidental y, en concreto, en la cultura judeocristiana. Por eso se refiere a esta institución explícitamente llamándola el «mito del matrimonio [monogámico] vitalicio» (p. 133), ya que juzga que éste es e[ modelo ideal en nuestra civilización.

El «matrimonio ideal» -afirma- es el «romántico-monogámico, esto es, una relación donde hay el compromiso... de ser fiel a la pareja hasta la muerte» (p. 118). Y señala que esto no es posible debido a la naturaleza misma del ser humano. En oposición al modelo ideal de origen judeocristiano coloca el modelo islámico poligámico en el cual se permite que el varón tenga más de una esposa a la vez.

A continuación Paz y Miño se pregunta: «¿Cuál sería entonces el mejor matrimonio?» Y responde que un buen matrimonio sería aquel que estuviese basado en valores como el respeto y el amor. Si se arna de verdad habrá sinceridad, cariño y ayuda desinteresada. Sí se respeta habrá consideración, comprensión, cuidado, responsabilidad y diálogo. Estos valores que favorecen el mejoramiento humano sólo podrán ser apreciados y practicados por las personas que los hayan aprendido desde la infancia en sus familias o que hayan tenido la oportunidad de darse cuenta de su importancia fundamental en su vida adulta (p. 127).

El conocimiento mutuo de los miembros de la pareja es un requisito indispensable para evitar sufrimientos y conflictos posteriores durante el matrimonio. Anota el autor que «las personas que han tenido cierta experiencia antes del matrimonio -es decir que han tenido otras parejas, que conocen en algo al otro sexo- podrían estar mejor capacitadas para una vida conyugal que las que no lo han tenido y que carecen de un conocimiento fundamental» (p. 120).

Sin embargo, lo cierto es que las parejas no llegan a conocerse lo suficiente en una relación convencional de enamorados o novios tal como se practica en Occidente. Por esta razón el autor señala que «muchos optan por relaciones sexuales «libres» prematrimoniales, lo que se entiende comúnmente en la tradición andina corno el «servinacuy» (2), es decir, el matrimonio a prueba (p. 131): una herencia del incario que aún no hemos sabido aprovechar y valorar debidamente en su sabiduría de vida.

Para esta convivencia voluntaria no se necesita celebrar ninguna ceremonia civil o religiosa, se puede tener relaciones sexuales de manera libre fuera del matrimonio, pero -y no lo olvidemos- su propósito principal radica en facilitar un mejor conocimiento mutuo de valores, creencias, gustos, intereses, preferencias, etc. antes de contraer un compromiso formal, serio y de por vida. Estos matrimonios a prueba permiten un mejor conocimiento de las afinidades y diferencias de cada uno a fin de que ambos, luego de un período de tiempo ni muy breve ni muy largo, decidan o bien permanecer juntos y casarse o, en caso de haber descubierto diferencias irreconciliables, que puedan separarse y seguir caminos diferentes sin lastimarse innecesariamente el uno al otro. De ahí que nuestro autor exclame, preocupado: «[Cuántos conflictos y sufrimientos se evitarían si dos personalidades muy contrapuestas y diferentes hubieran sabido con quiénes se han unido!» (p. 125).

Según Paz y Miño sería aconsejable que se impartiesen en nuestro país cursos de orientación sobre vida familiar y conyugal en los colegios y universidades, en los cuales se proporcione, por ejemplo, información sobre las funciones familiares y las responsabilidades de cada uno de los miembros de la pareja. Así se evitarían -según nuestro autor- muchos problemas, sufrimientos, juicios y divorcios (p. 133).

Las conclusiones finales (p. 171) de la obra nos parecen, no obstante, precipitadas, imprecisas y, a veces, hasta exageradas. Requieren, sin duda, una labor de mayor penetración, investigación y sistematización teórica en la materia. Pero -hay que recordarlo- el propósito del autor no ha sido realizar un tratamiento exhaustivo sobre el amor, la sexualidad y el matrimonio. El mismo ha sido explicito al indicar en la Introducción que su libro: «no pretende dar recetas acabadas, pues la conducta humana es compleja . . . [y que] tampoco se propone resumir todo lo fundamental que podamos encontrar en un manual especializado de educación, psicología, psiquiatría, sexología y ética. Simplemente intenta dar alguna guía general al lector que quiera saber más sobre sus sentimientos e ideas sobre las relaciones de pareja» (p. 6). 

Sin embargo, la restricción temático-enciclopédica que el autor se impone desde un inicio no lo exime de presentarnos una obra en la que los desarrollos de algunos ternas importantes como los celos, el aborto, la prostitución, el homosexualismo y lo que él denomina una «Ética en el amor» sean más extensamente desarrollados y suficientemente explicados por vía de ejemplos ilustrativos, puesto que la gran mayoría de estos ternas son socialmente relevantes y un estudio monográfico riguroso de los mismos permitiría esclarecer la esencial problemática y compleja realidad humana que subyace a sus manifestaciones visibles, concretas y diarias.

En una época como la que actualmente nos toca vivir, en la que lamentablemente parece existir un proceso de reducción -que va en aumento- de la existencia humana a las prácticas sexuales, es fundamental el análisis filosófico de los problemas existenciales, ya que lo social no opera sino a través de existencias humanas individuales, encarnadas, pues de lo contrario la sociedad no sería más que una bonita pero vacía metáfora. Queremos concluir afirmando que si no se entiende el sexo y la existencia humana en relación dialéctica viva, en su mutua interpenetración y entremezclamiento indiferenciado en la cual ya no es fácil decir dónde termina un fenómeno o un aspecto del ser y dónde comienza el otro (3); si el hombre no ve las cosas en su relación esencial, corno partes interconectadas de un todo dinámico, es muy probable que la sociedad tenga que desandar  más pasos para volver al camino seguro de su propio mejoramiento integral, que no es otro que la aceptación de la diferencia en la identidad y de la identidad en la diferencia, es decir, el camino hacia la igualdad de los hombres en tanto seres humanos y de la aceptación y reconocimiento de sus diferencias en tanto individuos particulares.

El cancelamiento de las dicotomías ontológicas que fragmentan la visión que los hombres tienen de sí mismos es ya un paso significativo para la comprensión de conceptos como sexo, amor y matrimonio Estos conceptos no son realidades absolutamente autónomas y si los consideramos de este, manera sólo concebimos seres incompletos, seccionados, pero jamás una totalidad humana consistente, armónica e integral. Si bien el amor puede considerarse el sentimiento fundamental para acercar a dos personas en la búsqueda y la realización del ser amado, no es un concepto que se baste a sí mismo. Si el amor se queda en mero sentimiento individual, de espaldas a la institucionalidad social que puede conferirle el matrimonio -en su calidad de institución socialmente reconocida-, éste podría quedarse reducido a la esfera puramente personal y no lograría alcanzar la dimensión social necesaria para realizarse a plenitud. Y si, a su vez, tanto el amor como el matrimonio carecieran del intercambio sexual de manera apropiada y fecunda con la persona que amarnos, no sería extraño que más tarde la ausencia del agradable y salutífero placer corporal -una posibilidad existencial más del ser humano-, por la fuerza de su ausencia manifestada corno frustración existencial, sea la que arruine no sólo el matrimonio, la institución, sino también el amor, el sentimiento. Sentimiento individual, unión corporal íntima e institución social no son más que aspectos de una misma totalidad existencial dinámica, en perpetua génesis y desarrollo.

NOTAS
(1) La 2da. ed. (1999) contiene sugerencias de Marco A. Denegrí y Víctor Montero C.
(2) Sobre las prácticas sexuales libres entre los solteros en el Tahuantinsuyo véase Acosta: De procurando indorum salute, Libro VI, cap. XX, pp. 585-587.
(3) Cf. Merleau-Ponty, M. «El cuerpo corno ser sexuado», en Fenomenología de la percepción. Trad. Jem Cabanes. Barcelona-México: Planeta-De Agostini, 1985, pp. 171- 190.


Introducción al positivismo

Finngeir Hiorth: Introducción al positivismo. Lima: EFA, 140 págs.
Traducción al español por A. Gonzales Z. y Z.S. Paz y Miño A., revisión y edición de M. A. Paz y Miño C.

ÍNDICE

Prefacio

1. Introducción
Definiendo el positivismo
Empirismo

2. Auguste Comte
Auguste Comte: vida y obra
Los tres estadíos de Comte
Comte: una nueva religión
Comte: la religión positiva
Comte: la educación
Comte: la actitud hacia el socialismo

3. Clases de Positivismo
Nicola Abagnano y el positivismo
El positivismo social
El positivismo evolutivo
El positivismo crítico: Ernst Mach, Richard Avenarius, Karl Pearson, Joseph Petzoldt

4. El Positivismo Lógico
Moritz Schlick
Ernst Mach
Henri Poincairé
El desarrollo del Círculo de Viena
Visión científica mundial: El Círculo de Viena
¿Un punto decisivo en la filosofía?
La crítica de la metafísica de Rudolf Carnap
Carnap sobre Dios
Carnap sobre el sentido y el sin sentido
Carnap critica a Heidegger
Toda la metafísica es sin sentido
Tarea restante para la filosofía
La metafísica sí tiene un contenido
Evaluación de la crítica de Carnap a la metafísica
Otto Neurath

5. El Positivismo de Ayer
Ayer: La eliminación de la metafísica
Ayer: La función de la filosofía
Ayer: El análisis filosófico
Ayer: El a priori
Ayer: Verdad y probabilidad
Ayer: Ética y teoría del valor
Ayer: Dios y la religión
Ayer: El yo y el mundo común
Ayer: Las soluciones a las discusiones filosóficas sobresalientes
Ayer: Racionalismo y empirismo
Ayer: Realismo e idealismo
Ayer: Monismo y pluralismo
Ayer: Ciencia y filosofía
Ayer: Reflexiones sobre Lenguaje, verdad y lógica
Algunos otros escritos de Ayer

6. Rudolf Carnap
Carnap: Autobiografía intelectual
Carnap: El Círculo de Viena
Carnap sobre Wittgenstein
Carnap: La sintaxis lógica del lenguaje
Carnap: Significado, empirismo, semántica, ontología
Carnap: La psicología en el lenguaje físico
Carnap: La lógica como un método del filosofar
Carnap: La ciencia unificada
Carnap: El materialismo metodológico

7. Impacto y Legado
Introducción
Burnham P. Beckwith sobre el positivismo lógico
El positivismo según Richard von Mises
Hans Reichenbach
Karl R. Popper
¿La metafísica del positivismo lógico?
La crítica soviética al positivismo
El positivismo en América
La religión de la humanidad
Positivismo y humanismo
Positivismo clásico y moderno
Bibliografía

Filosofía de la religión hasta Kant

Finngeir Hiorth: Filosofía de la religión hasta Kant. Lima: EFA.
ÍNDICE



Prefacio, Introducción, Definiendo “filosofía”, Anthony Quinton acerca de la filosofía,

John Passmore y la filosofía, Arne Naess acerca de filosofía

Filosofía y religión en general

Filosofía y religión en el antiguo pensamiento hindú

Filosofía y religión en la filosofía griega, Antigua filosofía griega, Primeros filósofos griegos, Tales de Mileto (aprox. 624-545 a.e.c.), Anaximandro (aprox. 612-545 a.e.c.), Anaxímenes (cerca 585-524 a.e.c.), materialistas, materialismo , Presocráticos Protágoras de Abdera (aprox. 485-415), Algunos otros filósofos presocráticos, Pitágoras (aprox. 570-490), Heráclito (aprox. 540-580 a.e.c.), materialismo, Parménides (entre el 540 y el 445 a.e.c.), Zenón de Elea (n. aprox. 490 a.e.c.), Meliso de Samos (activo aprox. 440 a.e.c.), Empédocles (aprox. 490-430), Anaxágoras de Clazomene (aprox. 500-428 a.e.c.), atomistas, Leucipo (alrededor de 430 a.e.c. ), Demócrito de Abdera (Macedonia, aprox. 460-370 a.e.c.), Diógenes de Apolonia (c. siglo V a.e.c.), Escepticismo con respecto a los dioses, Jenófanes (aprox. 560-470 a.e.c.), Filo de Alejandría (quizás 25 a.e.c. hasta 45 e.c.), Sofistas, Protágoras de Abdera (aprox. 485-415), Pródico (c. 460 a.e.c. – d. 399 a.e.c,) Gorgias (aprox. 480-375 a.e.c.), Hipias de Elis (aprox. 460-415 a.e.c.), Trasimaco Calicles Antifón Critias Gorgias, Hipias, Isòcrates, Licafrón, Pródico, Protágoras, La religión en la filosofía de Platón, Platón (427-347 a.e.c.), El Fedón , Dios(es), La República. El Timeo, Timeo: cosmovisión, Algunos comentarios sobre el discurso de Timeo, Las Leyes , Otros escritos. el Simposio, el Eutifrón, la Apología, el Fedro, Platón, conclusión, Aristóteles, El estoicismo, El epicureismo,

Pensamiento cristiano temprano y neo-platonismo, Filo de Alejandría (aprox. 20 a.e.c.-40 e.c.), Tertuliano (aprox. 160-220), Plotino (205-70), Agustín (354-430), La Edad del Oscurantismo, Boecio (aprox. 480-524), Eriugena o Erígena (aprox. 825-870), Anselmo de Canterbury (1033-1109), Tomás de Aquino (aprox. 1224-1274), Guillermo de Ockham (aprox. 1285-1347), Filosofía medieval

El Renacimiento, 25 intelectuales del Renacimiento. Francesco de Pretarca (1304-74), Nicolás de Cusa (1401-64), Lorenzo Valla (1407-57), Marcilio Ficino (1433-99), Pietro Pomponazzi (1462-1524), Giovanni Pico della Mirándola (1463-94), Desiderio Erasmo (aprox. 1466-1536), Tomás de Vio Cayetano (1468-1529), Nicolás Maquiavelo (1469-1529), Nicolás Copérnico (1473-1543), Tomás Moro (1478-1535), Francisco de Vitoria (1480-1546), Agrippa von Nettesheim, Henricus Cornelius (1486-1535), Juan Luis Vives (1492-1540), François Rebelais (aprox. 1494-1576), Girolamo Cardano (1501-1576), Bernandino Telesio (1508-1588), Michel Eyquem de Montaigne (1533-1592), Pierre Charron (1541-1603), Giordano Bruno (1548-1600), Francisco Suárez (1548-1617), Francis Bacon (1561-1626), Tomás de Campanella (1568-1639), Giulio Cesare Vanini (aprox. 1585-1619), Pierre Gassendi (1592-1655), 25 intelectuales del Renacimiento, resumen, Humanismo renacentista, Libertinismo

Tomás Hobbes (1588-1679), René Descartes (1596-1650), Baruch Spinoza (1632-77), Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753), David Hume (1711-1776)

Fuentes bibliográficas

Introducción al escepticismo

Por Finngeir Hiorth
Lima: EFA, 120 págs. Traducción al español por Z.S. Paz y Miño A., revisión y edición de M. A. Paz y Miño C.



ÍNDICE

Prefacio
Definición de escéptico y escepticismo
Inicios de la historia del escepticismo
Heráclito (aprox. 540-480 a.e.c.)
Cratilo, vivo aprox. 400 a.e.c.
Jenófanes (aprox. 570-475 a.e.c.)
Gorgias (aprox. 483-376 a.e.c.),
Protágoras (aprox. 485-415 a.e.c.),
Pirrón (aprox. 360-270 a.e.c.),
Anaxarco.
Demócrito (aprox. 460-370 a.e.c.).

El pirronismo como una forma de vida
Timón de Flío (aprox. 320-230 a.e.c.),
Enesidemo (vivió entre 270 a.e.c. y 210 d.e.c.)
Montaigne (1533-92),
Posidonio (alrededor de los 151-135 a.e.c.).

Bases filosóficas
Pirrón y otros escépticos
Arcesilao (aprox. 315-240 a.e.c.)

El escepticismo académico
Carneades (aprox. 213-128 a.e.c.).
Enesidemo.
El final del escepticismo en la antigüedad
Sexto Empírico (aprox. 150-225), Resumen de la filosofía de Sexto Empírico
Análisis detallado de las ideas Sexto Empírico.
Dios y la religión según Sexto Empírico. Interpretación de Benson Mates del antiguo escepticismo,
Introducción de El camino escéptico de Mates
Mates: Lo que el pirronismo no es.
Mates: el aspecto auto referencial del pirronismo.
Mates: Las apariencias, los fenómenos.
Mates: El mundo externo.
Mates: Conceptos, dudas y el estar perdido
Mates: Phantasiai
Mates: Aprehensión
Mates: La verdad y el criterio de la verdad
Mates: Los modos de epoché
Mates: Creencia y dogma
Mates: Ataraxia
Mates: Más terminología especial
Mates: Resumen
Mates: Algunas respuestas al pirronismo
El periodo medieval
Agustín (354-430)
Guillermo de Ockham (aprox. 1285-1347).
AI-Ghazali (1058-1111), Yehuda Halevi (aprox. 1075-1141), Nicolás de Cusa (1401-64).

El Renacimiento y la Reforma
Erasmo (1466/9-1536)
Martín Lutero (1483-1546)
El Nuevo Escepticismo.
Giovanni Pico della Mirandola (1463-94) y Henricus Cornelius Agrippa von Nettesheim (1486-1535)
Francisco Sanches. Sanches (aprox. 1550-1623), Michel de Montaigne (1533-1592).
El siglo XVII
Pierre Charron (1541-1603), Jean-Pierre Camus,
Gabriel Naudé, Guy Patin, François de La Mothe Le Vayer
François Veron,
Pierre Gassendi (1592-1655),
Marin Mersenne (1588-1648),
Francis Bacon (1561-1626)
René Descartes (1596-1650)
Nicolás Malebranche (1638-1715)
Pierre Bayle (1647-1706).
David Hume (1711-1776)
Hume, vida y obra.
Hume, religión
Hume: Sobre la filosofía académica o escéptica
El escepticismo de Hume.
Hume como escéptico.
La existencia de un mundo externo.
El escepticismo posterior a Hume
Ernst Mach (1838-1916), Rudolf Carnap (1891-1970),
Otto Neurath (1882-1945),
Bertrand Russell (1872-1970) Arne Naess (n. 1912)
Paul Kurtz (n. 1925) Peter Unger
Nicholas Rescher (n. 1928)
Barry Stroud (n. 1935) Michael Williams
El físico Milton A. Rothman.
Ellen Spolsky
Comentarios finales acerca del escepticismo
Fuentes bibliográficas

BERTRAND RUSSELL: Filósofo y librepensador

Finngeir Hiorth: BERTRAND RUSSELL: Filósofo y librepensador. Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada, 2005, 223 pp.
Este libro ofrece una introducción a la vida y obra de Bertrand Russell (1872-1970) personaje muy fascinante quien además de sus contribuciones como filósofo y su activismo como librepensador, fue un crítico social y político, y tuvo opiniones radicales y no convencionales. Fue inteligente y multifacético como pocos en su enfoque hacia los problemas.

En cuestiones políticas, aunque tuvo una postura simpatizante con las formas liberales del marxismo no llegó a ser un marxista convencido. Siempre tuvo un punto de vista básico liberal que daba énfasis a la democracia, la libertad del individuo y los derechos de las mujeres. En ética fue más un moralista que un teórico de moralidad. Tanto como tuvo un punto de vista ético básico, estaba subscrito a un tipo de utilitarismo, que sugiere que nuestras acciones deban apuntar a la felicidad de aquellos quienes están al final de la recepción de nuestras acciones. Russell dio énfasis a la importancia de la bondad y el pensamiento claro. La mayor parte de su vida, y claramente así desde 1914 en adelante, fue un pacifista.

El autor, Dr. Finngeir Hiorth, ha sido catedrático de filosofía en la Universidad de Oslo. Es un ateo convencido y es autor de libros que tratan sobre el filósofo alemán Leibniz, el filósofo escocés David Hume, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, y temas como la religión, el ateísmo, la ética, el humanismo y los valores.

INDICE

Prólogo p. 7

CAPÍTULO 1
Material biográfico p. 10
Breve biografía de Bertrand Russell p, 10, Autobiografía de Russell, vol. 1 p. 13, La Autobiografía de Russell, vol. 2 p. 23, La autobiografía de Russell, vol. 3 p. 34, Retratos de la memoria p. 41, Katharine Tait acerca de Bertrand Russell p. 55, Ronald W. Clark y otros acerca de Bertrand Russell p. 58.

CAPÍTULO 2
Russell, el filósofo p. 61
Desarrollo filosófico p. 62, Esbozo introductorio y primeros esfuerzos p. 62, Visión del Mundo p. 65, El idealismo p. 67, El pluralismo p. 68, Principia Mathematica p. 69, Wittgenstein p. 70, Los datos sensoriales p. 71, Berkeley y la materia p. 73, La existencia independiente del mundo externo p. 75, Conocimiento por relación y conocimiento por descripción p. 77, El conocimiento a priori y necesario y las declaraciones analíticasp, 81, Los universales p. 84, Algunos comentarios universales adicionales p. 87, Conocimiento intuitivo p. 88, Verdad y falsedad p. 90, El conocimiento p. 92, ¿Conocimiento filosófico? p. 94, Nuestro conocimiento del mundo externo p. 94, El mundo externo, más allá de Russell p. 100, El análisis de la mente p. 103, Análisis de la materia p. 107, Significado y verdad p. 109, El conocimiento humano p. 112, La Sociedad humana en la ética y la política p. 115, Religión y ciencia p. 124, Bases del conflicto p. 124, La revolución copernicana p. 128, La evolución p. 129, La medicina y el cuerpo humano.p. 129, Alma y cuerpo, el determinismo p. 129, El misticismo p. 130, El propósito cósmico, p. 132, Ética p. 132, Conclusión p. 139, Más sobre Ética p. 141, La perspectiva científica p. 148.

CAPÍTULO 3
Russell, el librepensador p. 151
Propósito cósmico p. 152, El culto de un hombre libre p. 155, La esencia de la religión p. 158, La religión y las iglesias p. 163, Por qué no soy cristiano p. 164, La edición de Paul Edwards de «Por qué no soy cristiano» y otros ensayos p. 167, ¿Ha hecho la religión contribuciones útiles a la civilización? p. 170, Lo que creo p. 175, ¿Puede la religión solucionar nuestros problemas? p. 178, Religión y moral p. 180, Russell y Copleston sobre la existencia de Dios p. 182, Russell y el librepensamiento organizado p. 185.

CAPÍTULO 4
Impacto y legado p. 187
Traducciones p. 187, El primer libro: La social democracia alemana p. 188, Los fundamentos de la geometría p. 189, Relatividad y cosmología p. 191, El idealismo y Leibniz p. 193, Los principios de las matemáticas p. 195, Las matemáticas y la lógica p. 196, La metafísica - el atomismo lógico p. 200, É;tica p. 205, Una vida política p. 208, Historia de la filosofía p. 215, Palabras finales p. 217.

Bibliografía p. 220

METAFÍSICA, IDEALISMO Y MATERIALISMO

por Finngeir Hiorth, Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada, 2004, pp. 206.

Este libro ofrece un análisis de los conceptos de metafísica, idealismo y materialismo, y esboza la historia de estos temas.
La metafísica puede ser definida como la teoría de la realidad o la teoría del ser (ontología), tiene una larga tradición que se remonta a la antigüedad griega, y ha sido criticada mucho los últimos 200 años más o menos, pero también ha ido encontrando seguidores.

El idealismo se utiliza en relación a la doctrina que sostiene que la rea-lidad es de naturaleza mental. La visión cristiana tradicional que Dios es el creador del Universo, con una mayor realidad que su creación, se clasifica comúnmente como un tipo de teísmo, pero también puede ser considerada una forma de idealismo. Este libro no trata en detalle sobre el teísmo. Más bien se centra en los tipos de idealismo desde George Berkeley (1685-1753) en adelante. Históricamente el idealismo ha sido considerado por lo común como una parte de las visiones religiosas de la vida, pero también esta obra presta atención a los tipos de idealismo con un fuerte elemento secular.

El materialismo se define a menudo como la visión del mundo compuesto enteramente de materia. Más de la mitad de este libro está dedicado a la historia del materialismo y sus diversas formas las que se han de-sarrollado desde la antigüedad griega hasta hoy. De esta manera, la presente obra presenta una explicación total del materialismo, considerando también su relación con el ateísmo y el humanismo.

El autor, Dr. Finngeir Hiorth, ha sido catedrático de filosofía en la Universidad de Oslo. Es un ateo convencido y es autor de libros que tratan sobre el filósofo alemán Leibniz, el filósofo escocés David Hume, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, y temas como la religión, el ateísmo, la ética, el humanismo y los valores.

INDICE

Prefacio, p. 1

1. ¿Qué es la metafísica? p. 6
Introducción p. 6
La metafísica según Richard Taylor p. 9
La metafísica según D. W. Hamlyn p. 13
W. H. Walsh sobre la metafísica. Crítica de la metafísica p. 20
La crítica de Rudolf Carnap de la metafísica p. 23
Evaluación de la crítica de Carnap de la metafísica. Heidegger p. 33
La metafísica hoy p. 38
Alan R. White y la metafísica p. 40
A. E. Taylor y la metafísica p. 42
Gottfried Martin y la metafísica p. 42
La antología de metafísica de Andrew B. Schoedinger p. 42
Algunos filósofos británicos y la metafísica p. 43
Bruce Aune y la metafísica p. 43
Michael J. Loux y la metafísica p. 47
E. J. Lowe y la metafísica p. 49
Idealismo y materialismo p. 53

2. Idealismo p. 57
Definiendo el idealismo p. 57
El inmaterialismo de Berkeley p. 59
Otros tipos de idealismo p. 60
Platón como idealista p. 60
Resumen de la teoría de las ideas de Platón p. 63
El idealismo después de Platón. Leibniz p. 64
El idealismo de Kant p. 66
Fichte, Schelling y Hegel p. 67
Neo-hegelianismo p. 71
Idealismo conceptual p. 78
La defensa del idealismo de John Foster p. 80
La defensa del idealismo absoluto de Sprigge p. 85
Temas actuales del idealismo p. 86
Estudios recientes del idealismo p. 87
John Leslie y las mentes infinitas p. 87
Idealismo y teísmo p. 88

3. El materialismo p. 90
Definiciones y breve historia del materialismo p. 90
Rastros del materialismo en la filosofía temprana griega: Tales, Anaximandro y Anaxímenes p. 92
Heráclito p. 96

Parménides p. 98
Empédocles p. 100
El atomismo p. 101
Aristóteles p. 107
El estoicismo p. 109
Pierre Gassendi p. 111
Thomas Hobbes p. 113
Jean Meslier p. 117
La Mettrie p. 118
Diderot p. 119
Holbach p. 121
El fin de la Ilustración francesa p. 126
El materialismo en la Gran Bretaña del siglo XVIII p. 128
Büchner y el materialismo fisicalista en Alemania p. 130
Carl Vogt p. 132
Biografía de Carl Vogt p. 133
Las Cartas fisiológicas de Vogt p. 135
Fe ciega y ciencia p. 140
Radicalismo político: La importancia de la libertad p. 141
Fuentes principales en relación con Carl Vogt p. 144
El monismo de Haeckel p. 145
Büchner, Haeckel y su herencia p. 146
Chapman Cohen p. 147
¿La muerte del materialismo? p. 150
Rudolf Carnap y el fisicalismo p. 151
Reginald O. Kapp sobre el materialismo p. 153
La sublevación trascendentalista contra el materialismo p. 154
El conductismo p. 155
Tendencias recientes en el materialismo psicológico p. 157
Dualismo psico-físico p. 158
Materialismo eliminativo y funcionalismo p. 160
Mario Bunge p. 161
James K. Feibleman y el materialismo p. 164
Librepensamiento y humanismo p. 166
Naturalismo y materialismo p. 167
Materialismo histórico p. 170
Materialismo dialéctico p. 172
Fisicalismo p. 173
Objeciones al fisicalismo p. 176
La defensa del materialismo de Gerhard Wassermann p. 181
La psicología materialista p. 185
Materialismo cultural p. 186
Scott Mann: materialismo y psicoanálisis aplicados a la religión p. 188
«El materialismo científico» de Jacques Monod p. 191
Materia, espacio y universo p. 193

Bibliografía p. 199


Finger Hiorth o El idealismo de un “materialista”

Presentación del libro:

Metafísica, Idealismo y Materialismo de Finger Hiorth (Lima: Ediciones de Filosofía Aplicada, 2004) en el Centro Cultural ADUNI – Martes 19 de Abril de 2005

 

Las siguientes reflexiones, son extractos de un estudio más amplio  --aún en preparación-- titulado provisionalmente: "La "Clandestinidad" de la Metafísica, ¿se manifiesta en el Material-"ismo" bajo la forma de una "Gnosis in-vertida"?"

 

0. Preguntas afirmativas y “Respuestas” interrogativas:

Algunas Observaciones previas a partir del Título de la Presentación en el Programa:

 

0.1. ¿Qué es Metafísica?

No es una pregunta más --entre otras-- es LA pregunta de la Filosofía y debe permanecer siempre abierta en lugar de cerrarse en torno a respuestas parciales y necesariamente in-completas que --de manera abstracta y, por ello mismo, falaz-- son presentadas como “soluciones” desde fuera del pensamiento especulativo por ideologías político-religiosas. 

 

Paradoja:

Preguntas y... ¿Respuestas? - En el ámbito ideológico (léase: político-religioso) las “preguntas” suelen tener un carácter afirmativo en permanente busca de confirmación. Desde este punto de vista, “la filosofía”, “el pensamiento”, debe “servir” para “apuntalar” y fundamentar “racionalmente” aquellas ideas de las que los supuestamente interrogantes ya están convencidos ANTES y sin necesidad de semejantes “pruebas”...

En el Medioevo, esta concepción utilitarista se sintetizó en la consigna: “Philosophia, ancilla theologiae” y para el siglo XX, dentro del contexto de las nuevas “Escolásticas Políticas”, habría sólo que modificarla ligeramente diciendo: “Philosophia, ancilla ideologiae”. En ambos casos, esa “reducción” a la Religión o a la Política no es más que el Final de la Filosofía y el Comienzo de la Theo-Logía al nivel del pensamiento y de la Theo-Cracia al nivel de la Realidad.

A diferencia de ello, en la Filosofía, las “respuestas” tienen, más bien, un exasperante carácter interrogativo que elude las “definiciones” y las confesionales “tomas de posición”... que tanto emocionan a los auditorios conformados por los creyentes o simpatizantes de una “causa”...

 

0.2. Metafísica es Onto-Theo-Lógica

El término de origen heideggeriano “Onto-Theo-Lógica” me parece que da cuenta --de una manera descriptiva más precisa-- del carácter de Estructura “entrelazada” de la Metafísica.

El platónico Aristóteles, en su formulación canónica del triple principio lógico (Identidad, No Contradicción y Tercio Excluído) que también tiene una “traducción” ontológica en la prestigiosa idea de que no se puede ir hasta el infinito en la cadena de las causas y que, necesariamente, hay que detenerse en algún momento y asumir una de ellas como la primera y, por ello, tiene que ser NO causada y, una vez encontrada, esa Primera Causa debe ser necesariamente concebida como “dios” (théos).

De acuerdo con esto, la “teología” entra en la filosofía NO con el Cristianismo sino que está presente ya desde su misma “Acta de Constitución” (firmada por Platón y Aristóteles) y puesta como un elemento clave por sus propios fundadores.

Tanto el Idealismo como el Materialismo presuponen esta estructura onto-theo-lógica como su fundamento. Es por esa razón que ambos están tan preocupados por dejar bien establecido cuál es ese Primer Principio: el espíritu o la materia, de acuerdo con una decisión político-religiosa previamente tomada...

La afirmación de Engels --asumida aquí por Hiorth como hilo conductor-- adquiere recién aquí --a nivel teológico-- su plena validez. No implica, entonces, una crítica de los fundamentos estructurales onto-theo-lógicos sobre los que se apoya el “materialismo” (o el “idealismo”)   

0.3. Idealismo “vs.” Materialismo

Idealismo y Materialismo han sido tradicionalmente las “respuestas” --supuestamente opuestas y antagónicas-- a la pregunta de la Filosofía; de allí el énfasis en la confrontación implícito en el “versus” intermedio que hace perder de vista el suelo común que da fundamento a ambas posiciones y que también está en la base de otras contraposiciones igualmente tradicionales como: “Mito y Logos”, "Razón y Fe", “Religión y Ciencia”, “Racionalidad e Irracionalidad”, etc. La polémica, la “guerra” entre posiciones, es en apariencia más dinámica. Pero lo que alimenta ese dinamismo es, precísamente, el factum brutum de una Realidad irreductible a todos los esquemas con que los “teóricos” pretenden enclaustrar a la práctica.

 

0.4. Hiorth seguidor de Engels, o de como el primer paso termina siendo el último.

La primera impresión, de la que es casi imposible liberarse luego, es la de que este libro es una mera selección de reseñas de libros. Los planteamientos propios, aunque son escasos y están dispersos, son formulados de manera simple pero enfática; como los de cualquier otro creyente en una “idea”. El libro empieza de una manera análoga a muchos otros “manuales” o “introducciones”:

 

Este libro es una introducción a temas como metafísica, idealismo y materialismo. Además de ser introductorio en tales materias, la presente obra también es un manual de metafísica, idealismo y materialismo. Define estos conceptos y esboza la historia de estos temas. Esto se hace desde el capítulo 1 en adelante. (Hiorth.Prefacio)

 

Pero, ya desde el comienzo, “sella su destino” cuando asume –a mi juicio, inercialmente-- como válidas las afirmaciones del “credo” materialista y; como veremos, no se puede ir muy lejos partiendo de esta distinción (tan arbitraria como cualquier otra) como supuestamente esencial sin tener que pedir luego auxilio al “corazón”...:

 

“Según Friedrich Engels, quien en 1888 publicó el libro Ludwig Feuerbach und der Ausgang der klassischen Deutschen Philosophie (Ludwig Feuerbach y el fin de filosofía clásica alemana), hay sólo dos alternativas filosóficas básicas, a saber: idealismo y materialismo.” (Hiorth.Prefacio)

 

Este punto de partida dogmático será, como tendremos ocasión de ver, fuente inagotable de paradojas provenientes del “choque” entre el Mito ideológico materialista acerca de la naturaleza del pensamiento y la Realidad del pensamiento especulativo ocasionado básicamente por la preeminencia del criterio “pragmático” sobre el especulativo: 

 

“Lenin aceptó esta división en su libro Materialismo y empirio-criticismo que primero fue publicado en ruso en 1909. Allí Lenin ofrece una teoría «materialista» del conocimiento y un análisis del concepto de materia. El libro es en gran parte polémico y motivado más por las necesidades prácticas que por el deseo de reflexión filosófica.” (Hiorth.Prefacio)

 

La distinción-oposición propuesta arbitrariamente y asumida acríticamente no puede llevarlo más que a su propia auto-aniquilación filosófica. Seguiremos en nuestro comentario el esquema planteado por el propio autor: Metafísica – Idealismo - Materialismo

 

 

 

 

1. Metafísica: De la “cruel verdad” a las “locas ilusiones” o...

Si la Realidad nos está diciendo algo; seamos “científicos”, ¡hagámosle caso!

Los primeros indicios de lo que aquí llamamos “idealismo”, es decir, la negación o no-aceptación del mundo real “tal como es”; se muestran muy pronto:

 

“Si se juzga a partir de las introducciones a la metafísica, muchos autores no se interesan en la metafísica particularmente en la distinción entre idealismo y materialismo. A pesar de eso, como hemos visto, Engels, Lenin y otros marxistas ha dado gran importancia a esta distinción. Tales marxistas han argumentado que hay dos y sólo dos alternativas filosóficas fundamentales y opuestas, a saber: idealismo y materialismo.

            En mi opinión la distinción entre idealismo y materialismo es principalmente una distinción metafísica aunque Engels y Lenin querían extenderla a toda la filosofía. Sin embargo, la evidencia que hemos presentado indica que los filósofos profesionales por lo común no le han dado ninguna gran importancia a la distinción entre idealismo y materialismo, y en ninguno de los casos que hemos visto, la gran importancia que Engels y Lenin le atribuyeron a esa distinción.” (Hiorth.Prefacio)  

 

Dejando de lado --en mi opinión, inteligentemente-- la fácil excusa de la “conspiración” de los filósofos “profesionales” o “académicos” en contra de la “filosofía” materialista, Hiorth da una posible explicación de la paradoja encontrada:

 

“La tendencia anti-metafísica que podemos hallar en la historia de la filosofía, particularmente desde el tiempo de la Ilustración en adelante, puede haber contribuido con reducir la popularidad del idealismo y el materialismo.” (Hiorth.Prefacio)

 

Es decir, el asunto parece reducirse a un asunto de “mala publicidad” que ha llevado a una drástica reducción de la “popularidad” de la distinción propuesta como esencial. Eso, suponiendo que el criterio de la difusión de una idea, de su “popularidad”, sea un índice de su justeza.

         Este punto de vista interpretativo determina el “destino” de la obra y lo inscribe finalmente en el género “confesional” (la expresión de las convicciones más íntimas...): un “catecismo” orientado a “convencer a los que ya están convencidos”,  a una feligresía necesitada de re-forzar periódicamente sus creencias (como aquellos que van a misa todas las semanas a pesar de que “ya la han visto”...).

 

2. Idealismo: La terquedad como “método”

 

La 2da Parte “ex-pone”, esto es, pone al descubierto justamente por qué esa distinción conductora entre idealismo y materialismo no es relevante y también por qué debería serlo. De acuerdo con su punto de partida “confesional”, Hiorth considera que sólo la distinción entre idealismo y materialismo propuesta como esencial por el punto de vista materialista acerca del mundo es capaz de dar una “visión” total acerca de él:

 

En este capítulo veremos con mayor detalle el idealismo. Aunque muchos escritores sobre metafísica no han prestado mucha atención a la distinción entre idealismo y materialismo, en mi opinión ésta permanece importante para aquellos que quieren tener una visión del mundo completamente pensada. (2. Idealismo Pág. 38)

Sólo pueden tener “tener una visión del mundo completamente pensada” aquellos que “profesan” una concepción materialista del mundo, es decir, los seguidores del gran “Gurú” de turno; en este caso, Engels, ...

         Lo único que su opinión ha hecho aquí “visible” es el rasgo distintivo de toda creencia o ideología: la “objeción” de la Realidad no sólo no es lo suficiente relevante como para cuestionar el propio punto de vista sino que, muchas veces de manera paradójica, se convierte precísamente en la “razón” por la que hay que afirmarse en lo “pensado”, soñado y anhelado aún en contra de los hechos...[1]

         Si la realidad lo contradice, ¿no debería Hiorth --más como científico que como materialista-- aceptar esta evidencia como firme punto de partida para construír sobre él futuros desarrollos en lugar de jugarse una apuesta pascaliana y contra-fáctica?

         ¿Por qué no acepta esto entonces y se resiste?

- Porque hay ya tomada una decisión previa a toda comprobación de hecho y NO necesitada de ésta; es decir, una decisión ideológica, NO científica...

 

A propósito de una cita del filósofo Walsh, Hiorth dice:

 

Puede ser discutido si sólo «pensadores secundarios» han defendido el materialismo. Entre aquellos que han defendido el materialismo podemos mencionar a pensadores como Jean Meslier, Diderot y Holbach de la Ilustración francesa. Jean Meslier ciertamente no es ningún pensador mayor, pero tanto de Diderot y Holbach se puede decir correctamente que son pensadores importantes, y de estos dos Holbach ha sido en algún grado, en mi opinión, a menudo subestimado.

Además, Marx, Engels, Lenin y otros marxistas han defendido el materialismo. Sería equivocado decir que todos ellos ha sido «pensadores secundarios». De hecho, en el pensamiento social contemporáneo, el marxismo ha sido muy influyente.

Debemos ser también conscientes que el materialismo a menudo ha sido defendido, no tanto por filósofos profesionales o personas que principalmente son conocidas como filósofos, sino por científicos con una inclinación filosófica. En el siglo XIX podemos mencionar bajo de este encabezamiento a científicos alemanes como Carl Vogt (1817-1895), Jacob Moleschott (1822-1893) y Ludwig Büchner (1824-1899).

(...)

Filósofos y otro escritores han expresado a menudo comentarios desacreditantes acerca del idealismo o el materialismo. Tales comentarios indican que tanto al idealismo y el materialismo ha sido tenidos en desprecio, pero por supuesto por personas diferentes. El hecho que las palabras «idealismo» y «materialismo» a menudo se han usado en un sentido desacreditante, ha tenido el resultado que muchas personas no usan estas palabras acerca de ellas mismas. (...)

 (Hiorth, 1. ¿Qué es la metafísica?. p 36)

 

Paradoja:

1.    Los filósofos de “primera línea” no han dado mucha importancia a la distinción Idealismo-Materialismo. Los materialistas –incluídos los marxistas- se han apoyado en filósofos no tan importantes como Demócrito.

 

2.    El hecho de que el marxismo como ideología haya tenido efectos importantes sobre la realidad política y el pensamiento social no ha hecho que el materialismo sea una doctrina metafísicamente relevante.

 

         Si ya son pocos los científicos que se encomiendan a Dios todopoderoso antes de empezar sus labores, aún son menos aquellos que se preocupan por asegurar sus fundamentos ontológicos, por establecer la preeminencia del principio materialista sobre el idealista o, en general, la preeminencia de cualquier principio metafísico como “condición” sine qua non de su praxis científica...

         Si las ciencias modernas --precísamente porque ya no son antiguas-- no dependen para el conocimiento de una fundamentación previa en un Principio Primero, sea ideal o material, ni siquiera a nivel de una “postulación”, entonces, ¿por qué se hace “platónico-aristotélicamente” necesario que la “materia” sea establecida como “Primer Principio” fundante de una ontología “materialista” alternativa a la ontología idealista?

         Epistemológicamente, el establecimiento del concepto metafísico de “materia” NO es in-dispensable para el desarrollo de la ciencia moderna pero sí para la consolidación de una "visión del mundo" supuestamente alternativa que se postula como in-compatible con las concepciones del mundo vigentes dependientes básicamente de la matriz del Cristianismo.

         Paradójicamente, la distinción “Idealismo – Materialismo” en Metafísica, NO es relevante al nivel de la Realidad, esto es, de la Materia... Sólo es relevante a nivel de la Mente, es decir, a nivel IDEAL...

                Pregunta “ingenua”: - ¿Por qué se hace necesario que la “materia” sea establecida como “Primer Principio” fundante de una ontología material-“ista” alternativa a la ontología idealista?

Respuesta no tan “ingenua”: - Porque lo que se está negando sólo es el carácter del principio, no la estructura (¡la “Matrix”!) dentro de la cual es necesario que haya un "Primer Principio": sea este "ideal" o "material"

 

Paradoja:

Asumir desde el inicio la tesis de Engels convierte la primera parte de su investigación en una subida al Gólgota con azotes y agonía incluídos pues Hiorth no puede evitar constatar que su punto de partida interpretativo NO es confirmado por la realidad objetiva

 

a. la distinción entre idealismo y materialismo, objetivamente, no es determinante para aquellos que se dedican profesionalmente al pensamiento especulativo

 

b.  pero a Hiorth le parece subjetivamente que debería serlo: Sobre el suelo de esta afirmación voluntarista y contra-fáctica es que se construye toda la 3ra parte del libro.

 

3. Materialismo(s): ¿Variaciones sobre temas “idealistas”?

 

3.1. El materialismo (dialéctico de Hiorth) como in-versión de la Gnosis antigua

 

3.1.1. “Voluntarismo”

 

Definiciones y breve historia del materialismo

Este capítulo no está sólo consagrado al estudio del materialismo sino también a tendencias relacionadas como el naturalismo y el fisicalismo. Estas tres tendencias no siempre tienen algún lugar central en la metafísica, pero en mi opinión deben tener un lugar importante en la metafísica moderna, y más generalmente, en la filosofía del moderna. Las tres tendencias tienen una larga historia, particularmente en forma de materialismo. (2. El Materialismo Pág. 60)

 

Por eso es que sólo puede  expresarse subjetivamente como convicción íntima (irrefutable por definición), como deseo, lo cual normalmente se traduce gramaticalmente en el uso del Potencial, es decir, el modo de la irrealidad: “no tienen, pero deberían tener...”

         Muchas veces, el uso del modo de la realidad, del Indicativo (“deben”) es sólo una proyección de la voluntad que “da por hecho” aquello que es sólo deseo, encubriendo lingüísticamente con el manto de la realidad aquello que es sólo ilusión...en eso consiste el carácter ideo-lógico “idealista” de este punto de partida...

 

3.1.2. “A-Theísmo”

El así llamado “A-Theísmo” moderno es sólo una “arista” de esta general in-versión material-“ista” de la Gnosis antigua: Los “Hijos de la Luz” son ahora, paradójica e in-versamente, los Material-“istas” a-theos, los negadores del Principio Opuesto (y/o “Anterior”) de la misma “MATRIX”...

 

Las tres tendencias están hoy día estrechamente relacionadas con el ateísmo. Comúnmente, hoy día materialistas, naturalistas y fisicalistas también son ateos, pero los ateos no son necesariamente materialistas, naturalistas o fisicalistas.

A veces incluso personas bien educadas confunden el ateísmo y el materialismo y los igualan. Actualmente los materialistas son casi siempre ateos, pero estos no siempre son aquéllos. Pero esto no ha sido siempre el caso. (2. El Materialismo Pág. 60)

 

La In-consciencia de algunos “A-theísmos”

Se consideran ateísmo y materialismo a menudo como conceptos relacionados estrechamente. Pero a decir verdad, las relaciones entre ateísmo y materialismo son bastante complicadas. Es el propósito de este capítulo aclarar la relación entre ambos enfocándose en el materialismo. (2. El Materialismo Pág. 60)

 

Sólo postulando el carácter esencialmente “ideal” de la “ideología” (¡esta evidente “perogrullada” es lo que hace “imposible” ver algunas cosas!) se puede entender cómo algunas direcciones “consecuentes” del “materialismo dialéctico” in-conscientemente (es decir, sin saber por qué) terminan considerando (en mi opinión, correctamente) al Cristianismo como el “enemigo principal” en lugar del Capitalismo

            Esto, que a primera vista parece una “des-viación” y un des-acierto, es lo más significativo: Pues, ¿Qué es lo que en realidad está “en juego”? ¿El cambio del Mundo (Real) o el cambio de la Concepción del Mundo (que, ¡también es Real!)?

            ¿Qué es lo que se quiere “transformar” o, habría que decir mejor: sustituír? La furia destructiva, el odio “racional” de muchos creyentes  --llamados ahora: “revolucionarios”-- sólo se explica porque están compitiendo por lo mismo, por el dominio ideológico (aquello que antes se denominaba “espiritual” o, si no se quiere dejar espacio al “espiritualismo”, mental ...)

            ¿Qué es lo que --a fin de cuentas-- se critica?: ¿Por qué la “gente” (el pueblo, las masas, etc.) cree en las mentiras (in-fundadas en mitos) de los cristianos y no en nuestras verdades basadas en la Ciencia?

 

 

 

3.2. El materialismo (científico de Bunge) como in-versión de la Onto-Theo-Lógica de Platón-Aristóteles

 

En primer, lugar, Bunge rompe con la conexión aparentemente indisoluble entre materialismo y dialéctica:

 

“En resumen, el materialismo siempre ha sido dinamicista, aunque sólo ocasionalmente dialéctico. La tesis de la pasividad de la materia es típicamente idealista.”[2]

 

básicamente porque considera a ésta última como un elemento metafísico, esto es, no científico. Bunge no puede menos que observar el carácter “ambiguo” y “confuso”  (esto es, sospechoso de estar “contaminado” con metafísica) del componente “dialéctico”:

 

“(...) Proponemos la tesis de que la ontología dialéctica tiene un núcleo plausible rodeado de una niebla mística. (...)”[3]

 

Esta “ambigüedad” proviene, en última instancia, de su carácter metafísico de origen: el “sistema” idealista de Hegel[4]:

 

“En el caso del materialismo dialéctico, la inexactitud proviene de la componente dialéctica. Pero las obscuridades de la dialéctica merecen capítulo aparte.”[5]

 

Bunge tiene toda la razón cuando interpreta –correctamente, en mi opinión—al materialismo así llamado “dialéctico” como una especie de “dualismo encubierto”:

 

“Los materialistas históricos y los culturales han criticado a los idealistas culturales y han tratado de demostrar que las circunstancias y actividades materiales del hombre –a saber, el medio natural, su transformación por el trabajo y las relaciones sociales que derivan de esta actividad-- determinan todo lo demás. (Véanse Engels 1878, Harris 1979) En particular, la cultura intelectual y artística, así como las ideologías de una sociedad, se consideran como epifenómenos denotados colectivamente como la “superestructura” (ideal) montada sobre la “infraestructura” (material). De modo, pues, que tanto el materialismo histórico como el cultural se reducen esencialmente al determinismo económico. Por cierto que a menudo se afirma que, una vez formada, la superestructura adquiere un impulso propio y puede reaccionar sobre la infraestructura. Con todo, ésta sigue siendo considerada como el primer motor y la superestructura es concebida como inmaterial (ideal), lo que constituye un caso evidente de dualismo psicofísico.

                El materialismo histórico y el materialismo cultural son materialistas a medias porque incluyen la dualidad materia-espíritu. Además, no pueden explicar / las interacciones entre la cultura de una sociedad y los demás subsistemas de la misma. Lo primero es obvio aunque no parece haber sido advertido: para un materialista consecuente no puede existir un ente inmaterial (o ideal) que cabalgue sobre un ente material. Y la tesis de la primacía absoluta de la economía sobre el resto se muestra inadecuada cuando se piensa que un cambio social puede iniciarse sea en la economía, la política o la cultura, y que algunos cambios culturales –tales como la invención del alfabeto, de la aritmética y de la ciencia—tienen efectos económicos y políticos revolucionarios.[6]  

 

Todo eso es porque:

 

“El epifenomenismo, aunque sostenido a menudo por materialistas, es una versión del dualismo psicofísico; al igual que éste último, ubica a la mente más allá de la frontera científica. Sólo nos queda pues el materialismo emergentista. Pero éste ha sido hasta ahora más un programa que una teoría. En este capítulo pondremos en práctica el programa, exponiendo el núcleo de una teoría biológica de la mente, (...)”[7]

 

El climax de esta crítica de Bunge es una afirmación consecuente del monismo de la Onto-Theo-Lógica que está en la base y que es la “matrix” del peculiar modo de pensar occidental; y, en una “solución” que se parece mucho a la expulsión de la dialéctica del ámbito de la ciencia por parte de Kant, propone que un materialismo científico que pretenda ser consecuente y no quiera caer en contradicciones, no puede ser, entonces,  “dialéctico”[8]:

 

“La idea de que para entender el cambio se necesita una lógica peculiar, sea la lógica dialéctica o alguna versión de la lógica temporal, porque la lógica formal es incapaz de comprender el cambio, es una reliquia de la filosofía antigua. Era justificable hace dos milenios, cuando los seres humanos no podían formularse preguntas más precisas que `La flecha ¿se mueve o está en reposo?´, y se empantanaban en el problema de si la flecha en movimiento estaba o no estaba en un lugar dado en un instante dado. Hoy día pensamos en grados antes que en opuestos, preguntando en cambio `¿A qué velocidad se mueve el automóvil respecto del camino?´, y no nos choca la posible respuesta `El automóvil se mueve con velocidad nula´, que Parménides habría considerado acaso como contradictoria. Más aún, no tratamos estos problemas como filosóficos, sino como científicos, y nos hemos acostumbrado a manejar teorías mutua- / mente incompatibles con ayuda de la misma lógica. En una palabra, ya no pensamos dialécticamente, o sea, en términos opuestos y sin distinguir entre la lógica y las disciplinas fácticas. Por consiguiente, cuando no logramos entender algún tipo de cambio echamos la culpa a alguna teoría sustantiva, no a la lógica, que es una de las herramientas empleadas en construir, poner a prueba y criticar las teorías científicas. Dicho más brevemente, la lógica es a priori.”[9]

 

En todo caso, la afirmación de los opuestos no puede ser “real” (sustancial) sino sólo “formal” (aparente) o, como él dice, “metódica”:  

 

“La tesis de la unidad de la lógica y de la ontología es posible, e incluso necesaria, en un sistema idealista, / en el que no puede haber diferencia entre cosas y constructos excepto que los últimos se suponen superiores a los primeros. La confusión de Hegel entre lógica y ontología, tan visible en su Lógica “grande”, era natural en su sistema. También es natural para un materialista vulgar o nominalista, porque no admite conceptos, sino tan sólo sus símbolos materiales, tales como los que se ven en esta hoja de papel. Pero la lógica siempre será diferente de la ontología para quienquiera que no sea un idealista o un materialista vulgar. Esto no implica una ontología dualista mientras a los constructos no se les asigne una existencia autónoma. Pero sí implica un dualismo metodológico según el cual los constructos se tratan como si existieran de por sí. (El ficcionismo vale para las ficciones, no para la realidad.)”[10]

 

***

La lectura del libro de Hiorth no hace más que mostrar, por enésima vez, el peligro de la ideologización del pensamiento, pues, tratar de mantener un dogma formulado al margen de los hechos lleva necesariamente a paradojas in-solubles en las que, más fácil que enfrentar una Realidad que no nos respalda para nada en nuestros propósitos es postular una ficción, una apuesta y un "salto mortal"... Sin embargo, la creencia no me parece algo criticable siempre que tenga conciencia de sí misma y no crea ser otra cosa. 

El propio planteamiento del dilema entre Materialismo e Idealismo presupone ya una decisión previa acerca de cuál opuesto es el determinante,  con lo cual, no sólo se adelanta la opción final a favor de uno u otro sino que esta alternativa se revela --en última instancia-- como sólo aparente, esto es: retórica.

La mayoría de las oposiciones tradicionales: Razón o Fe, Ciencia o Mito, Evolución o creación, Espíritu o Materia, etc... tienen un carácter retórico (esto es, aparente), todas ellas son falsas “elecciones”. En cualquier caso, lo que está en juego en realidad –por debajo—es el pre-dominio de un punto de vista político o religioso para los cuales la Filosofía será siempre un mero instrumento.  Ejemplos históricos de estas “instrumentalizaciones” han sido la Teología por parte del Cristianismo y las ideologías partidarias de algunos de los más notorios “movimientos” totalitarios del siglo XX.

El “democratismo igualitarista” retórico de muchas ideologías contemporáneas –herencia ideológica del Cristianismo concebido como “moral de esclavos”-- suele generalmente encubrir un “elitismo exclusivista” de una “organización” social basada en el conocimiento de la orto-doxia[11] o doctrina correcta[12] y, de acuerdo con ello, la interpretación adecuada de los “principios” para cada situación; lo cual, ya establece una jerarquía entre “conocedores” y practicantes “consecuentes” y “los demás”...

La Realidad es generalmente ignorada o deformada y, en cualquier caso, manipulada para que “cuadre” con las “visiones” a priori que de ella se postulan dentro de los “sistemas” trans-formadores del Mundo (o de la idea del –Mundo, para ser más precisos) y que, siempre de acuerdo con esa “visión” previa, ya han asignado un “lugar” dentro de sí para la Filosofía; para que ésta sea útil también, al igual que todo el resto de lo existente.... De lo que habría que partir más bien es de la in-utilidad radical del pensamiento especulativo y del sin-sentido del Mundo y, desde allí, ver todos esos sentidos prestados por las diversas ideo-logías como mapas que marcan rutas sobre rollos donde no hay nada escrito...

Habrá que salir en algún momento de este círculo vicioso, esforzándose por ejercer la in-dependencia y autonomía del pensamiento especulativo. Es cierto que no es posible separar del todo aquello que en la Realidad está junto... pero, ya que una división en dos campos es tan arbitraria como una en tres, prefiero escoger la “tercera vía”... la del Pensar.

Aquí se está recién empezando con sólo el aspecto negativo de la crítica: tarea pendiente será la de hacer una crítica constructiva que deberá consistir en el desarrollo de teorías fenomenológico-descriptivas --aunque sea a nivel de “modelos” parciales-- que hagan justicia a los hechos; sin ocupar tanto precioso tiempo en “deslindes” partidarios o sectarios.

Una perspectiva fenomenológica tendría que partir de la Realidad fenoménica tal como se presenta a los sentidos lo cual presupone un no desprecio del mundo real y la no “superación” de su diversidad dentro de un esquema monista que, a pesar de postular una supuesta “integración” de los opuestos, a lo más que llega es a una “reducción”, a una simpli-ficación de la complejidad de lo Real a un Esquema, a un Arquetipo: de la materia a la Forma, del fenómeno a la Idea... con lo cual, se termina re-cayendo en el Infierno idealista del cual supuestamente se quiere escapar... 

         Si el punto de partida de este libro y, consecuentemente sus conclusiones, son cuestionadas aquí, entonces, ¿no sirve para nada? Me quedo con su utilidad como “Ejemplo” de aquello que no hay que hacer:

         Los fierros retorcidos de un vehículo en el fondo de un barranco “sirven” a los otros conductores como recordatorio de lo que puede pasar si manejan ebrios (Diónysos) y como advertencia para que tengan a la sobriedad (Apolo) como divisa: La contemplación es “apolínea” y la acción[13] es “dionisíaca”...

         El “compromiso”: implica una definición-decisión entre el Mito y la Realidad (estos polos nunca son fijos y, consecuentemente, se establecen en diferentes “lugares” según los casos). En algún momento de la vida hay que escoger entre ser materialista (o cristiano) y hacer Filosofía...

         Personalmente prefiero que todos aquellos que se consideren “partidarios de la acción” abandonen lo más pronto posible el territorio de la mera contemplación teórica llevándose con ellos sus mitos salvíficos y dejen así el campo más despejado para aquellos que sí consideramos que el pensamiento especulativo tiene un lugar central independientemente y al margen de su “aplicación práctica”[14] y, consecuentemente, estamos en la Resistencia a la instrumentalización del pensamiento, a todos los caritativos o solidarios intentos de reducirlo a ser “ayuda para la predicación” y “justificación racional” de una creencia previamente asumida al margen de los hechos y, frecuentemente,  opuesta a ellos...

 

         Termino recordando la consigna que Husserl legó a todos aquellos que nos consideramos partidarios de la “contemplación”:

 

 

               “Zu den Sachen selbst!”, “¡A las cosas[15] mismas!”

 

 

 

© Copyleft[16]

© Aurelio Miní Sánchez, Bach. en Filosofía por la PUCP

Lima, Martes 19 de Abril de 2005

 

 



[1] En el mejor estilo del Credo, quia absurdum [Creo, porque es absurdo] de Tertuliano

[2] Bunge, Mario. El concepto contemporáneo de materia. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 12

[3] Bunge, Mario. Crítica de la dialéctica. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 57

[4] Ahora bien, esta “super-síntesis” de Onto-Theo-Lógica y Gnosis en el siglo XIX, ¿es un nuevo punto de partida? ¿inaugura y “abre” una nueva “matrix” para la época contemporánea?

[5] Bunge, Mario. El materialismo contemporáneo. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 47

[6] Bunge, Mario. El concepto contemporáneo de materia. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 24-25

[7] Bunge, Mario. Teoría materialista de la mente. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 98

[8] Cf. Bunge, Mario. Concepción materialista de la cultura. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 155-187.

[9] Bunge, Mario. El concepto contemporáneo de materia. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 79-80

[10] Bunge, Mario. El concepto contemporáneo de materia. En: Materialismo y Ciencia. Barcelona: Editorial Ariel, 1981. p. 78-79

[11] todo lo cual, constituye la herencia ideológica de la Onto-Theo-Lógica de marca platónico-aristotélica concebida como “moral aristocrática”

[12] en teoría, pues aun dentro de una meritocracia intelectualista se puede conseguir “ascender” saltándose algunas de las propias reglas

[13] drama...

[14] ¿Habrá que pronunciar aquí también el solemne: “Extra Omnes!”*? - *¡Todos (los que no tienen que ver directamente con el Asunto), Fuera! 

[15] Lo que signifique aquí “cosas”, será central a la “Tarea del Pensar”...

[16] Copyleft: Permitida la reproducción citando al autor e indicando la procedencia.