PRÓLOGO
La metafísica aristotélico-tomista reconoce la estructura sustancia-accidentes solamente en el ente natural: no en los entes no-naturales tales como los “artefactos” producidos por el hombre, los entes matemáticos y las estructuras lógicas. Yo me pregunté: esta relación entre soporte y sustentado, ¿por qué no hacerla extensiva a toda la realidad entitativa? ¿Qué es aquello que limita a la tradición aristotélico-tomista para no hacerla extensiva dicha relación más allá de la οὐσία natural? ¿Tal vez dicha relación no es privativa de la φύσις sino que es general en todo objectum que se ofrece ante la mente humana? Este interrogante como posibilidad fue la guía principal que me obligó a analizar el status ontológico y las condiciones de la validez del constructo sustancia-accidentes planteado por la metafísica.
Yo me encontraba indagando el status ontológico del εἶδος; pero el dicho εἶδος planteado por la metafísica, es un constructo cuyos constituyentes son las notas que a su vez, son cualidades o dimensiones del ente esenciado. Para resolver el problema del status del εἶδος tenía que proceder analíticamente: esto es, tenía que resolver el status de sus constituyentes cuales son, supuestamente, las cualidades o “notas-de”.
Mas estas “notas-de”, tienen un carácter referencial hacia algo. Es más: una misma cualidad la hallamos constituyendo diversos είδε. Pero es más: ese mismo referente puede asumir una función poiótica. Y de otra parte, cada una de las “notas-de” a su vez es esenciable por otras “notas-de”. Entonces, me sobrecogieron algunos interrogantes: ¿“notas-de” qué?¸ ¿cuál es el ente o dimensión a lo cual están referidas dichas “notas-de”?
Dada la versatilidad funcional, ¿se legitiman las “notas-de” y la realidad esenciada, como objetivas ante la mente racional?
Es más: el constructo coherencial de notas llamado “esencia”, por su condición estructural, debe suponer una homogeneidad constitutiva, esto es, que sean todas ontológicamente compatibles entre sí en el ente, y supuestamente, las cualidades son elementos de un constructo coherencial. No obstante, las cualidades de la entidad esenciada no siempre coexisten en concomitancia de clausura entitativa (por ejemplo, el hecho de que esta gema sea deseada por los joyeros).
Además: en la propuesta estructura coherencial de notas debe existir una relación de correspondencia referencial asimétrica entre las notas-de, y aquello de lo cual son “notas-de”, relación asimétrica que vincula a la individualidad y la pluralidad. Sin embargo, en la entidad (sea real o ideal), no se hecha de ver la postulada asimetría referencial: existen asimetrías, por ejemplo, entre un gran centro gravitacional y los cuerpos hacia él traídos, mas la correspondencia no es referencial.
Mis precedentes observaciones no hallaron respuestas satisfactorias; y así, me hicieron dudar de la supuesta objetividad de las cualidades.
De otra parte: estas notas, puesto que son “de”, su razón de ser ha de estar constituida por aquello de lo cual son “de”; entonces, aquello mismo, ¿no será su soporte? De ser así, estas “notas-de”, ¿no serían accidentes? Pero existiendo versatilidad funcional entre las notas-de o accidentes, y aquello de lo cual son “notas-de”, ¿es objetivo y absoluto el constructo de inhesión? Todas estas dudas me exigían respuestas, y por ello, fueron aquello que promovió el desarrollo del presente trabajo.
Está presente en el humano, una aspiración a aprehender el “más allá” oculto en la realidad entitativa, aspiración a formar síntesis generalizadoras de amplios sectores de la realidad entitativa. En tal empresa, es la intuición el baluarte que nos permite ver el más allá de la realidad sensible, del aquí y del ahora, y aun más allá de toda individualidad y de toda particularidad entitativa, remontándonos desde lo concretum hacia los principios, entidades y dimensiones supra-sensibles.
Esta empresa supone, a la vez que un esfuerzo analítico, un proceso de abstracción que discriminando entre lo individual y lo general, nos permita asociar a las entidades y las dimensiones entitativas en conjuntos mayores asociados por principios o categorías ontológicas, o bien, que nos permita interpretar lo existente como manifestación de alguno o algunos principios absolutos portadores del ser por antonomasia.
Dado el carácter holístico de esta empresa, y dada la inmensa diversificación cualitativa del mundo, dicha empresa requiere de un enorme esfuerzo de síntesis. En dicho esfuerzo se conjugan la explicación y la interpretación. La hipótesis, alentada por la intuición, se contrasta con los hechos, pero indirectamente a través del rigor racional y del rigor conceptual. La intuición nos provee el impulso; pero una vez situados en la cima del logro hemos de virar nuestra mirada para evaluar la legitimidad del camino recorrido: tenemos que echar un vistazo a la realidad referenciada, para ver si está o no debidamente representada por nuestra síntesis lograda.
Es entonces cuando se pone a prueba nuestra honestidad, buscando el contra-ejemplo: allí se pone a prueba nuestra autenticidad y nuestro respeto por la verdad. Y es cierto: se puede sentir adhesión axiológica por una vida abnegada, por una vida altruista, pero también se puede sentir adhesión axiológica por la verdad. El esfuerzo heurístico es el precio que uno debe pagar para sentirse honesto y a la vez, auténtico. Renunciar a un logro acariciado, reeditar el sendero recorrido una y otra vez, es el precio que se paga por experimentar la satisfacción de hallar la verdad trascendente.
Mi enfoque es de corte ontológico. Existe una metafísica de corte especulativo: es aquella basada en artículos de fe no verificables, derivada en recetas prácticas no verificadas. Por ejemplo, el planteamiento de que una afirmación verbal pensada y dicha con sentimiento, puede crear un arquetipo y producir un efecto que se cumple. No opto en el presente estudio, por el “suicidio filosófico” que planteaba Albert Camus. No opto por aquella metafísica del misterio cuyo misterio sólo puede ser abordado supuestamente por el misterio del misticismo. Sus supuestos son pseudo-hipótesis no solamente inverificables sino que sus términos, por no ser definidos, son inescrutables (por ejemplo, el “misterio del ser”, o lo metaproblemático). Las pseudo-proposiciones metafísicas sólo sirven, como decía Rudolf Carnap, “para la expresión de una actitud emotiva ante la vida”; (“La superación de la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje”. Ayer, A. J., 1986, p. 86). Al igual que el mito, la metafísica se explica por la necesidad que siente el ser humano de expresar su actitud emotiva ante la vida. “El metafísico cree moverse en el terreno de lo verdadero y lo falso cuando en realidad no ha afirmado nada, sino solamente expresado algo, como un artista”. El metafísico, en sustitución de su capacidad para articular mitos, manifiesta su inclinación a interrelacionar categorías supremas e hipóstasis; es un amante de articular mitos, pero con la inclinación a valerse de elevadas abstracciones. La metafísica constituye así, un reemplazo abstracto y no-literario del mito.
La postura que en el presente estudio pretendo asumir es, una que tiene que ver con la metafísica como objectum, pero que en sí no es metafísica sino más bien, de análisis ontológico: he de trascender la patencia de la entidad pero no hacia su exterioridad sino hacia su interioridad en búsqueda de la especie ultra-sensible. Con esto no estoy queriendo decir que renuncio a emplear categorías más allá de lo experimentable: sólo he de cuidarme de emplear categorías inescrutables, esto es, no-definidas o hipostasiadas.
Mi objetivo nunca fue el efectuar la hermenéutica de alguna tesis ajena, hacer un estudio de corte historiográfico, ni reflexionar en torno al planteamiento de algún pensador: mi objetivo siempre ha sido temático: dilucidar cuál es el verdadero status ontológico del constructo sustancia-accidentes. Menciono algunos autores porque me veo en la necesidad formal de discutir con ellos, pero no porque el propósito de mi investigación sea reflexionar en torno a ellos.
Más que como expositor agente ante el lector, necesito constituirme ante él como un interlocutor dialogante: quiero exponerle mi preocupación, pero igualmente quiero escucharlo. Eso significa entablar con él un diálogo vivo, palpitante de interés, pero también, horizontal. Quiero tener ante mí, más que a un lector receptivo, un interlocutor desapasionado pero crítico.
Mas para lograrlo, dicho interlocutor no puede constituirse como tal si no vive ni comparte mi inquietud heurística. Pero cómo puede vivirla si no me dejo entender, empleando un lenguaje esotérico. Esta mi expectativa explica mi opción por la claridad de mi verbo y el estilo empleado en el presente trabajo. Considero que la ejemplificación es un importante recurso heurístico aliado de la hermenéutica de los textos de contenido abstracto. Hago uso de dicho recurso, aun al precio de trivializar mi estilo, porque lo que me interesa es el contacto directo con el referente de mi lógos respetando siempre la adecuación de ése a su referente, a fin de que mi interlocutor comprenda mi mensaje. Multitud de discusiones hermenéuticas infructuosas se hubiera ahorrado el género humano, si los pensadores se hubieran tomado el trabajo de definir sus términos empleados y ejemplificar, en lugar de utilizar un verbo esotérico.
ÍNDICE
Prólogo . . . 7
1. LA REALIDAD EXTRA-MENTAL . . . 13
1.1 La existencia de la realidad extra-mental . . . 15
1.2 La diversidad del medio . . . 28
2. LA SUSTANCIA, LOS ACCIDENTES Y EL
PODER JUDICATIVO DE LA MENTE . . . 41
2.1. La dialéctica del cambio y de la estabilidad . . . 43
2.2 La incompatibilidad que entraña el concepto de “sustancia” y la incoherencia entre “soporte de los cambios” y “soporte de sus cualidades” . . . 45
2.3 La sustancia es creada por la mente, al comparar a la entidad con los predicables . . . 53
2.4 Cuál sea la sustancia, eso depende del marco de talificación diseñado por la mente . . . 57
2.5 La perspectiva mecanicista de la metafísica tradicional . . . 61
2.6 La insuficiente fundamentación ontológica para el supuesto accidente extra-mental . . . 64
2.7 La imposibilidad ontológica de un soporte a-poiótico 70
2.8 El supuesto “apoyo en el ser ajeno”, deslegitima la hipótesis de la estructura sustancia-accidentes . . . 72
2.9 El accidente no lo es por naturaleza, sino por el papel que le asigna la función atributiva en una relación por ella diseñada . . . 79
3. EL ENFOQUE SEMÁNTICO . . . 83
3.1 La hipótesis que postula la relación sustancia-accidentes, es semánticamente heterogénea . . . 85
3.2 La incoherencia semántica entre ser soporte y “estar en” . . .88
3.3 La inconmensurabilidad entre soporte de los cambios y soporte de accidentes . . .90
3.4 La relación sustancia-accidentes, por su semántica, no es necesario restringirla a tan sólo las entidades reales . . . 92
3.5 La vacuidad formalista de la “inhesión” . . . 94
4. EL CONSTRUCTO . . . 99
4.1 La aplicación entitativa ontológicamente restringida, de la estructura sustancia-accidentes . . . 101
4.2 El supuesto apoyo asimétrico . . . 102
4.3 La relatividad heterónoma del soporte de los cambios . . .106
4.4 La especie no puede ser ni accidente ni sustancia . . .110
4.5 La talificación y la relativización intelectivas . . . 113
4.6 La relación sustancia-accidentes es formal y diseñada por la mente . . . 120
5. LA INHESIÓN LÓGICA . . .129
5.1 La región fáctica extra-mental y la inhesión lógica ... 131
5.2 La génesis del constructo sustancia-accidentes . . . 136
5.3 Judicar es talificar . . . 139
5.4 La función judicativa de la mente . . . 146
6. LAS TALIFICANTES “CUALIDADES-DE” . . . 155
6.1 La realidad extra-mental carece de “cualidades-de” ... 157
6.2 Las “cualidades” de son lógicas . . . 170
6.3 Nuestra mente estatuye relaciones . . . 173
6.4 La reducción de lo no-poiótico a poiótico, supone una adjetivación . . . 177
6.5 La heterogeneidad de las “notas-de” . . . 183
6.6 Ni los eventos reales ni los rasgos comunes de los entes ideales, son cualidades. . .187
Referencias . . . 191
Si Ud. desea una copia digital gratuita del libro puede obtenerla a través de estos enlaces:
Carátula:
Contenido:
Y para acceder a los enlaces tiene que pedir permiso a explicando el uso que les dará y enviar sus datos (nombre y ocupación) a la editorial: filosofía_aplicada@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario